Benzema sigue dormido

En el fútbol español se tiene la consideración de que la Copa es una competición menor. Muchos directivos, jugadores, entrenadores, periodistas y hasta aficionados así lo piensan. Son los mismos que aseguran que la final de Copa es el día más bonito de toda la temporada. Este comportamiento bipolar no existe para José Mourinho, quien sabe que el derecho a disfrutar de la final hay que ganárselo en campos como La Condomina. Su profesionalidad le obliga a tratar con el mismo respeto al Murcia que a los rivales de la Liga o la Champions. Y quiere que sus futbolistas vivan su profesión con la misma intensidad que lo hace él. Quien no sigue la línea que él marca debe atenerse a las consecuencias. Consecuencias deportivas de las que ya avisó en la víspera y en las que probablemente no reparó Karim Benzema, quien malgastó una gran oportunidad, quien sabe si de las últimas, de reivindicarse en un equipo al que llegó como gran estrella y del que ahora no es más que un suplente más.

No fue el único que no estuvo a la altura del reto que les lanzó su entrenador. Canales, Pedro León o Granero tampoco tuvieron su día más inspirado y los minutos futuros que debían ganarse en Murcia los tendrán que buscar en otros campos.

No fue un problema de actitud, ni mucho menos, y ninguno de los que saltó al campo cometió la indignidad de un año atrás en Alcorcón , lo que quizá les sirva para obtener la indulgencia de su entrenador. Pero lo cierto es que el equipo de Mourinho fue incapaz de superar a un conjunto de Segunda B y ofreció una imagen que recordó a la vista contra Mallorca y Levante. Son tiempos no tan lejanos, pero que, a buen seguro, Mourinho ya se encargará de que no se repitan con frecuencia. Sabe cómo espabilar a sus jugadores.

El Madrid salió enchufado, con concentración y hasta con intensidad. Ejerció un dominio total y absoluto durante toda la noche, pero sin la lucidez de otros días. El Murcia, que ofreció una imagen dignísima, le negó los espacios al Madrid y no le llegó a dejar ciego, pero sí tuerto. Se obcecó en entrar por el centro, cuando la solución estaba en las bandas, y sólo cuando se decidió a abrir el campo, remedio que coincidió con la entrada de Di María, pareció más próximo al gol.

El Murcia opuso más resistencia que Deportivo, Milan o Racing. Levantó un muro delante de Dani Hernández y el Madrid se dio de cabezazos contra él sin conseguir derribarlo.

Lo intentó Granero, con un disparo que se estrelló en el larguero; probó fortuna Cristiano Ronaldo; se animó incluso Albiol, en la jugada que cerró el primer tiempo; y apareció Pedro León junto a Cristiano a 20 minutos del final en la mejor ocasión de la noche. El portugués lanzó una falta de forma magistral a la que respondió con una intervención aún mejor Dani Hernández, que se volvió a lucir un segundo después ante Pedro León.

Se acabaron ahí casi todas las opciones de triunfo del Madrid, que tuvo algo más de profundidad con la salida de Di María por Cristiano, como ya quedó apuntado, pero nunca llegó a encontrar la manera de activar su juego. Antes, Khedira le había dado algo más de consistencia al centro del campo, donde ocupó la posición de Granero, pero Higuaín no mejoró en exceso las prestaciones de Benzema. No era el día.