El PSV se dio un festín ante el Feyenoord: 10-0

Cuando Rob van Dijk, portero del Feyenoord, se retiró al vestuario en el descanso con 2-0 en contra no se imaginaba lo que le esperaba en la segunda mitad. Encajó otros ocho goles, dejando el total en diez, e incluso pudo ser uno más si el árbitro no hubiera anulado un tanto del PSV por un dudoso fuera de juego.

Difícilmente podrán olvidar la tarde de ayer los aficionados del Feyenoord, uno de los tres grandes de Holanda, campeón de Europa en 1970 y que atraviesa una crisis histórica (está en puestos de descenso). Como histórica fue la goleada de ayer. El PSV, líder de la Eredivisie, se dio un verdadero festín a costa de una caricatura de equipo. Reis (3), Lens (2), Dzsudzsák (2), Afellay, Toivonen y Engelaar fueron los ejecutores. Diez goles como diez soles, pensaron en Eindhoven: con la izquierda, con la derecha, de cabeza, tras un córner, de penalti, en un contragolpe... Diez goles como diez puñales, se lamentaron en Rotterdam. La última humillación que sufrieron data de 1983: 8-2 ante el Ajax.

Porque este tipo de goleadas escuecen. Y más cuando la encajas contra uno de tus grandes rivales. En la liga holandesa ha habido resultados parecidos, pero en pleno siglo XXI sólo se contabilizan tres similares: 9-0 del Heerenven al Heracles (2007), 9-0 del Ajax al Sparta (2001) y la de ayer. Difícilmente pudo dormir anoche el meta Van Dijk, como difícilmente seguirá en el cargo su técnico, Mario Been.