La Copa volverá a juzgar al banquillo del Racing

Las trayectorias de Portugal y Mandiá en el Racing están siendo muy parejas. Los dos técnicos sumaban siete puntos al término de la octava jornada liguera, si bien la temporada pasada con Juan Carlos en el banquillo el equipo no ocupaba puestos de descenso (eran decimosextos, empatados con el Atlético de Madrid y sacando un punto al Villarreal, que era tercero por la cola) y ahora el Racing sí está entre los tres últimos de la tabla.

Portugal puede argumentar en su defensa que el calendario ha sido demoledor, habiendo jugado ya contra seis de los ocho primeros clasificados, y que a los dos que se han ganado en El Sardinero eran de su Liga, Zaragoza y Almería, mientras que el Racing de Mandiá sólo se enfrentó a estas alturas con tres de los ocho clubes que encabezaban el torneo.

En picado y cese.

Lo que es evidente es que la bochornosa derrota en el Bernabéu ha hecho mucho daño al equipo, pero sobre todo a Portugal y sus bandazos defensivos en Madrid y en El Madrigal.

Entre medias, llega la Copa del Rey; Mandiá, hace justo un año, el 29 de octubre, jugó en El Helmántico y cayó 1-0. La imagen fue patética y su cese llegó, no sólo por perder tres días después en Mallorca (1-0, gol de Webó), sino por caer con estrépito el 8 de noviembre en El Sardinero contra el Athletic (0-2, tantos de Gurpegui e Iraola) dejando a Munitis en la grada. Finalmente se volteó la eliminatoria copera con González y Castaños como técnicos interinos y Portugal enderezó el rumbo en Liga. Pero ahora el burgalés será juzgado por el mismo rasero que Mandiá. La Copa en Córdoba será su bálsamo... o su condena.

El paupérrimo número de goles a favor le lastra

Comparando este Racing de Portugal con el de Mandiá, el balance en cuanto a número de goles a favor es muy superior el año pasado. A estas alturas los cántabros llevaban el doble, 10, si bien también habían encajado dos más (16 por los 14 de ahora). Pero es que en toda la historia del Racing en Primera, sólo en tres ocasiones los verdiblancos habían marcado menos goles que en esta Liga; en la campaña 84-85 y en la 04-05 se anotaron cuatro tantos tras ocho jornadas, mientras que el peor dato es más reciente: en la temporada 05-06, con Preciado en el banco, sólo se consiguieron tres. Por fortuna, en ninguno de los casos el Racing bajó a Segunda tras esos pésimos guarismos. Con cinco goles, este Racing se asemeja al de Muñiz de hace dos temporadas, aunque el asturiano sólo había recibido diez goles y eran decimosextos, aún fuera del descenso. Tampoco se descendió.