Europa League | Sevilla - Karpaty Lviv
El Sevilla llega a Lviv con viejo eslogan: ganar o ganar
28.000 aficionados empujarán al desconocido y verdiblanco Karpaty.
Lviv fue Lvov antes de que Ucrania se independizase de la URSS. Y mucho antes se llamó Lwow para los polacos, que siempre la han considerado suya (y suya fue más de 400 años). Aquí, a 3.500 kilómetros de Sevilla, en una ciudad ya decadente pero crisol de culturas, el Sevilla se juega su pase en la Europa League ante el Karpaty Lviv. Lo de Karpaty es por los Cárpatos, así que Manzano ya podía imaginar lo que le esperaba en Ucrania a mediados de octubre y en el este: cielo plomizo, frío e imágenes de la época del Telón de Acero. No es una sorpresa. El Karpaty es un perfecto desconocido (sexto en su liga a 14 puntos del Shaktar) pero si los chicos de Manzano quieren encontrar alguna motivación igual le bastan los colores del club ucraniano: verdiblancos. Ya que el Betis no está desde hace dos años para los derbis...
El Karpaty ha perdido sus dos partidos y de sus jugadores hay pocas noticias, pero el Borussia Dortmund ganó 3-4 sufriendo de lo lindo en la primera jornada. Así que el Sevilla, disminuido como está, sabe que está condenado a hacer un trabajo muy profesional para salir vencedor del Ukrayina Stadion. Jesús Navas se ha ido a Vitoria a ponerse en las manos del doctor que levantó a Nadal, Capel no se recupera y Perotti está tocado (pero jugará). Al Sevilla le han cortado las alas. Es una buena prueba de carácter, como la que tuvo en el Westfalen Stadion. El Sevilla sabe que si no gana en Lviv estará en manos de los resultados de PSG y Dortmund, malos compañeros de viaje en la pelea.
Ambiente.
Hace un mes que la web del Karpaty anunció que el 99 por ciento de su aforo está reservado. Y su hinchada no parece del todo pacífica. Jugadores, staff y aficionados del Dortmund tuvieron problemas (intentos de agresión) en Lviv. Pero ese es el entorno del partido. El Sevilla tiene más sobre el césped. Palop regresa a su tierra prometida, Ucrania, donde en Donetsk hizo el gol que le consagró como ídolo del sevillismo. Regresan Cáceres y Zokora, más energía. Y se pelean por dos puestos Kanouté, Negredo y Luis Fabiano. El malí, que descansó en Gijón, tiene el puesto asegurado. Pero esta noche en Lviv, donde uno ve un tranvía y parece que el reloj se detuvo hace tiempo, al Sevilla le queda ganar o ganar. Es imposible que ese eslogan pase de moda.