Liga de Campeones | Barcelona 2 - Copenhague 0
Messi de guardia
Leo, con dos goles, decide un soso trámite europeo
El Barça ya lidera su grupo de Champions gracias a la aportación de un Leo Messi que no entiende de trámites ni de partidos protocolarios. Para el argentino, cada encuentro es un desafío entre él y la portería rival. Leo sale al campo para hacer goles ya tenga delante al voluntarioso Copenhague o al Chelsea. Y menos mal. Porque de no ser así, ayer el Barcelona pudo llevarse un disgusto. O mataba a sus seguidores del susto, o los mataba de aburrimiento. Pero Leo estaba de guardia y en un plis plas, el argentino archivó un soso trámite europeo con dos goles.
El grupo que le ha tocado en suerte al Barcelona propicia partidos como los de ayer. Duelos en los que el Barça sale a jugar sabiendo perfectamente que a poco que apriete el acelerador, tendrá bastante para solucionar la situación.
No obstante, esos partidos acaban por convertirse en exámenes particulares en los que se acaba midiendo más lo que hacen las individualidades que el juego del equipo. Y esto, para un conjunto tan coral como es el Barcelona, resulta un síntoma de que algo chirría.
Debate Villa.
Y si hay alguien en el Barcelona que cada jornada se sitúa en el centro del debate ése es David Villa. De nuevo, el asturiano intentó ayer marcar de todas las maneras posibles. Pero entre que le falta un puntito de brillantez y que el portero rival acostumbra a lucirse ante él, la situación empieza a volverse incómoda. Ayer, en la primera ocasión que tuvo, David Villa disparó al larguero y a partir de ahí ya todo fue estrellarse ante el portero del equipo danés. Hasta que Pep le cambió por Pedro.
En cambio, otro que andaba bajo la lupa como Mascherano, aprovechó el partido de ayer para subir puntos en su cotización entre los aficionados.
Pero más allá de las cuestiones individuales, el Barça jugó con fuego. Ante un rival menor, los de Guardiola estuvieron muy contemporizadores. Volvió a faltar el instinto asesino que distingue a los grandes equipos y que les hace cerrar los partidos cuanto antes. El Barça, tras el gol de Messi después de un magnífico chut desde la frontal del área, se encantó en barroquismos y realizó un ejercicio que en ocasiones llegó a ser brillante, pero que en el fondo era poco efectivo y que podía volvérsele en contra. Y a punto estuvo de llegar el disgusto en una segunda parte en la que los daneses se fueron arriba e incluso llegaron a disparar al larguero. No obstante, la inocencia de los escandinavos jugó a favor de un Barça que, de haber tenido a un rival con más colmillos delante, hubiera bordeado el susto.
Pero mientras todos sesteaban, Messi seguía ahí y en el descuento, marcó el segundo. Ya es el máximo goleador europeo del Barça.