Liga de Campeones | Barcelona - Copenhague
Sólo se hablará de fútbol
El Barça, sin Xavi y con Pedro, Messi y Villa arriba.
No podía llegar en mejor momento el partido. Cansado debe estar el aficionado culé de oír hablar de la due dilligence, de los reproches personales y rabietas de Laporta contra Rosell y de ver cómo el modélico club que era el Barcelona comienza a enturbiar su plácido camino, siempre amenizado por los acordes celestiales interpretados por los futbolistas de Guardiola. Pasaron sólo cuatro días desde que se disputó el último encuentro, aunque aparentemente parece que sea medio siglo. Se hicieron plomizos los últimos días incluso cuando se invita a los jugadores al debate: "¿Influirá el ambiente en el hacer del equipo?". ¡Qué ganas de mezclar las cosas!
Parecía ser el Copenhague la cenicienta del grupo, pero los nórdicos son líderes en solitario. Ojito. Los daneses juegan con un 4-4-2 enlazado con un rombo en la zona ancha en el que dan velocidad y lanzan a al senegalés N'Doye (12 goles y cuatro asistencias en lo que va de curso) y al brasileño Santin (diez goles y dos asistencias).
El más plácido.
Como no podía ser de otra manera, Pep controla. Pretenderá ahogar al rival, tal y como hizo ante el Panathinaikos, al que destrozó por 5-1. Fue aquel encuentro el más plácido disputado por el Barça hasta el momento. Milito está fuera por lesión y, aunque Puyol jugará, el capitán arrastra molestias. No tan graves como las de Xavi, que podría perdérselo para darle los galones a Iniesta. Don Andrés tira del carro, del que no se cae Messi y al que se subirá Pedro. Junto con Villa, la terna deberá darle forma a un triunfo que se intuye vital. Vuelve la competición al Camp Nou. Hoy sólo se hablará de fútbol.
Busquets, 11º partido seguido en la Champions
Sergio Busquets, de ser titular esta noche, disputaría su decimoprimer partido consecutivo con el Barça en la máxima competición europea. La última vez que descansó en el Camp Nou fue ante el Rubin. Los rusos se impusieron por 1-2 y el puesto en la zona ancha lo ocupó Touré. Luego, en el partido disputado en Kazán (0-0), el medio también se quedó en el banquillo. Fue a partir de entonces cuando Busquets comenzó a crecer, siendo un fijo para Guardiola, su principal avalador. La racha comenzó ante el Inter, en la fase de grupos (3-1) y desde entonces sólo se perdió 50 minutos de competición (25 ante el Sttutgart en Alemania y otros tantos en las semifinales de la Champions del pasado año, ante el Inter de Milán).