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El árbitro del Villarreal-Paok, salpicado por acusaciones de corrupción y polémica
El colegiado polaco de 37 años está implicado en casos de corrupción relacionados con el fútbol polaco. Sus arbitrajes han provocado protestas de los aficionados tan originales como peligrosas.
Marcin Borsky, árbitro polaco encargado de dirigir el encuentro de mañana entre el Villarreal y el PAOK , correspondiente a la tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Europa , se presenta en El Madrigal con un currículum escaso aunque plagado de acusaciones de corrupción y por la polémica.
Borsky, nacido en Varsovia hace 37 años, es árbitro internacional desde 2006 y, sin embargo, en este tiempo no ha sido capaz de dirigir ningún partido más trascendente que una eliminatoria previa de la Liga de Campeones .
En 2004, año en el que fue ascendido a la primera división polaca, comenzaron a extenderse los primeros rumores acerca de su implicación en casos de corrupción relacionados con el fútbol polaco. En ese momento él trabajaba para un club, el Zaglebie Lubin, que fue descendido por amañar partidos.
Un año más tarde sufrió la agresión por parte de aficionados del Katowice y tuvo que encerrarse en el vestuario para evitar daños mayores.
En 2006 su nombre apareció asociado con un escándalo de corrupción en el fútbol de su país aunque finalmente sería absuelto.
El colegiado polaco, que nunca ha dirigido a un conjunto español, ha sido noticia en los últimos días porque un polémico arbitraje suyo provocó una original protesta de aficionados del Steaua de Bucarest que lanzaron salchichas a la embajada polaca en la capital rumana.
Borsky dirigió el empate a tres entre el Steaua y el Nápoles en la Liga de Europa de finales del mes de septiembre. Unas tablas que llegaron en la última jugada del encuentro, después de que el colegiado polaco prolongara el partido durante ocho minutos pese a haber anunciado cuatro.
Los aficionados rumanos despidieron al quinteto arbitral y a los jugadores del Nápoles con una lluvia de sillas y de diversos objetos, lo que podría costarle al club rumano una dura sanción de la UEFA.