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Adriano

"Villa está muy por encima de la ansiedad"

La sonrisa de Adriano se contagia. De charla sencilla y humilde, el brasileño se ríe cuando le dicen que Villa está obsesionado y explica todas sus sensaciones para AS. Superada la lesión muscular que sufrió en Bilbao frente al Athletic, el brasileño está listo para volver en Europa.

Actualizado a
Adriano
enric fontcuberta

Aquí no hay descanso posible y mañana llega el Copenhague, en la Champions.

Tras el triunfo del sábado, el equipo sigue creciendo. Tenemos ganas de jugar partidos y más partidos. Parece que queda claro que nos lo pasamos muy bien sobre el terreno de juego.

¿Tanto se divierten?

Muchísimo y más cuando todos tienen los conceptos tan asociados a los movimientos.

¿Se preocupó por su lesión en Bilbao?

Una microrrotura siempre es molesta, aunque sé que estoy en buenas manos y la recuperación fue perfecta.

Estuvo con la selección de Brasil sin tener el alta médica del Barça.

Estaba todo preparado para ello. Me sentí bien y acabé de solventar el problema con mis compatriotas. Disputé media parte ante Ucrania y cerramos el expediente.

¿Es comparable el ambiente de la seleçao con el que vive a diario en el Barcelona?

Tengo mucha suerte. En los dos lados hay muy buen rollo y la atmósfera es sensacional.

¿Alves ya tiene dotes de mando en Brasil?

¡Sí! Da mucha confianza a los jóvenes, ayuda al que lo necesita y hace valer su currículum. Junto con Robinho o Thiago Silva hace mucho que son fijos y serán la base de los próximos compromisos de Brasil.

¿Qué opinión tienen del Barcelona en su país?

Están enamorados de su juego, que es espectacular y vistoso. La afición por el Barça en Brasil es eterna. Pasaron grandes jugadores, de los más importantes, por el Camp Nou. Romario, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Alves...

Siga, siga... Adriano.

(Ríe). El Barça nos hace mejores a todos.

Volvamos al principio, regresa la Champions.

Y es decisivo para el Barça. Los próximos seis puntos deberían venir a nuestro casillero para llegar tranquilos a las dos últimas jornadas.

¿Qué sabe del Copenhague?

Pues que es el líder de su campeonato, con muchos puntos de ventaja sobre el segundo clasificado (tiene 32 por 19 del Midtjylland), además de ser el primero del grupo de la Champions. Hace goles con soltura, encaja pocos y eso deberá hacer que estemos atentos en los dos compromisos.

Tienen dos brasileños.

Sí, un medio llamado Claudemir, al que se le da bien asistir a sus compañeros (lleva seis desde que comenzó la temporada). El otro es un delantero peligroso, César Santín. Lleva siete goles en la temporada y se le da muy bien rematar, además de ser muy hábil.

Lo tiene todo estudiado.

Hay que estar atento a cualquier detalle, pero en el Barça nos instruyen en todos los detalles posibles.

Hablemos de Villa, ¿usted realmente lo ve ansioso?

¡No me fastidie! ¿Cómo se puede llegar a decir eso? David es un delantero excepcional, campeón del Mundo y de Europa con la Selección. Él está muy por encima de la ansiedad y todos los comentarios. Pelea como nadie por poder completar bien su trabajo, además de ser un ejemplo en todos los sentidos.

¿Usted es su representante?

(Ríe). No, ¡qué va! Pero pienso que cuando haga el primero, no parará de conseguirlos.

¿Se sienten obligados a volver a ganar la Champions?

No, pero nos morimos de ganas de hacerlo. Me contaron los compañeros las sensaciones.

¿Cree que se pueden comparar a las de llevarse la Copa UEFA?

La gané con el Sevilla dos veces (en 2006 y 2007), además de la Supercopa de Europa.

¡Al Barça de Ronaldinho!

Con mucha claridad.

¿Qué hacía el 20 de mayo de 1992?

Jugar a fútbol sala en Curitiba. ¿Por? Tenía entonces sólo ocho años.

Esa fecha el Barça conquistó la primera Copa de Europa en Wembley, la sede de la final de esta temporada.

Lo sabía, aunque ahora hay un nuevo estadio. Era cuando comenzaba a pensar en hacerme futbolista. Jugaba en el equipo de fútbol sala de Curitiva.

¿Y cuándo cambió a un campo grande?

Con el paso de los años. Mi madre no me dejó abandonar la práctica, las dos veces que me planteé dejarlo. No me acababan de salir las cosas. hasta que llegó en 2005 el Sevilla.

Pese a que sabía jugar con las dos piernas.

Me lastimé la derecha siendo un niño y mi padre me enseñó a jugar con la zurda.

Una decisión que nunca olvidará y que le cambió la vida.

Mis padres han sido claves en mi vida como futbolista, como ahora lo son mi esposa, mi hijo y el que viene en camino (espera un segundo bebé, al que le quedan cinco meses para nacer).