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Liga BBVA | Séptima jornada

Multifútbol

El Villarreal puede ser hoy líder de una Liga en la que la cabeza sigue apretada, aunque el Madrid empieza a dar síntomas de fortaleza que le distinguen del resto. En Málaga ganó con suficiencia, justo después de que el Barça remontará ante el Valencia tras un primer tiempo preocupante. La Liga se define muy poco a poco.

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JUAN FLOR

El Levante no supone la última estación

El Levante lleva cuatro jornadas consecutivas sin conocer la derrota. Y eso es mucho decir. Luis García está sacando el máximo rendimiento a un grupo de futbolistas con aires reivindicativos. La inmensa mayoría de los jugadores que dirige el técnico ha ido llegando al club después de un tiempo prácticamente en el olvido: Nano, Del Horno, Juanfran, Munúa, Sergio, Javi Venta, Juanlu, Valdo... Para muchos de ellos era la oportunidad de demostrarse a sí mismos que aún conservan la ilusión por jugar. Años atrás aparecían por la Champions, ahora lo hacen en un equipo modesto y con el objetivo de salvarse. Pero siguen siendo futbolistas. Ayer lo comprobó la Real.

Pontevedra, la nueva capital de Brasil

Diego Castro se sacó un recurso ante el Sevilla que habitualmente nos llega a través de vídeos de alguna liga local de Brasil. Acariciar el balón para que tome la dirección correcta en vez de propinarle una mayor potencia es difícil, pero hacerlo de tacón y acompasándose con el balanceo de las piernas lo es aún más. El futbolista del Sporting lleva tiempo demostrando que es uno de esos jugadores anónimos con calidad semejante a las estrellas de la Liga. Desde pequeño maravilló con acciones como éstas en su Pontevedra natal a los ojos de su padre, el entrenador Fernando Castro, pero ayer fue más allá. Hizo que su taconazo viajara hasta Brasil. Y no al revés.

El objetivo real de marcharse cedido

Durante los últimos días de los mercados de fichajes se repiten las imágenes de aquellos jugadores que no tienen sitio en sus equipos y que ponen rumbo a destinos de todo tipo con el gesto torcido y una maleta que puede pasar perfectamente por equipaje de mano. Temporada tras temporada ocurre igual. Los excedentes de los clubes encuentran una salida apresurada marchándose en calidad de cedidos a conjuntos de menor exigencia. La fórmula suele fracasar, aunque sirve para deshacerse de sobrestockaje de forma rápida y barata. Afortunadamente, hay excepciones. Por ejemplo Diego Costa. El brasileño llegó jovencísimo al Atlético y ha tenido que ganarse la confianza de su club en entidades paralelas, en las que ha prosperado y mejorado jugando a préstamo. Lo hizo en Sporting de Braga, Celta, Albacete y Valladolid. Hasta que el pasado verano concluyó ese ciclo. Quique confió en él por delante de Salvio y con sus goles está demostrando que Forlán y Agüero por fin tienen refresco. Las suyas fueron, esta vez sí, cesiones con sentido.

El decisivo papel del suplente para Mou y el Madrid

Por todos es sabido que Mourinho es un excelente estratega -maestro ajedrecista casi diría- en un deporte en el que no sólo prima el talento, sino también los condicionantes externos. El portugués es un motivador nato y esa impronta se nota en la significación que da al papel de los suplentes de este equipo. Los pocos incidentes que ha tenido, seguramente a propósito, esta temporada con sus futbolistas han sido con reservas, los últimos con Benzema y Pedro León. Está por ver si el francés recoge el guante, pero el murciano ya demostró en Málaga que va a aprovechar a muerte cada segundo que se le conceda a partir de ahora. Y justo ahí reside la riqueza del comportamiento de Mou. No sólo tiene un once definido y exitoso. También cinco suplentes rabiosos.

Sobre Rubén Pérez se puede armar el Depor

El Depor cuenta con un condicionante imprescindible para conseguir la salvación. Un atributo que le diferencia de muchos otros equipos en su misma situación. Y es que existe comunión entre la grada y el césped, entre el palco y el banquillo, lo que resulta complicadísimo cuando las urgencias aprietan. Sólo con esa complicidad y cohesión global rebrotará la confianza de sus jugadores, incapaces de arriesgar en determinadas circunstancias por miedo a fallar. En esa ventana de futuro emerge la figura de Rubén Pérez. El mediocentro astigitano, titular con la Sub-21 y cedido por el Atlético, debuta este año en la categoría y tiene un enorme margen de progresión. Sobre su espalda puede encontrar el Depor el ansiado camino que tanto busca.

Munitis por fin tuvo respuesta

Cuentan que Munitis es capaz de llevarse el arroz integral de su propia casa a los restaurantes para no descuidar la alimentación que por ética y por indicaciones médicas deben vigilar los futbolistas de élite. Es sólo un ejemplo de la profesionalidad a ultranza de este fenomenal jugador, titular en el Racing a los 35 años pese a que sus épocas de gloria hace mucho tiempo que pasaron. Y también pese a que llevaba año y medio sin marcar un gol, lo que había servido para abrir un debate en Santander sobre su titularidad. Ante el Almería, un tanto suyo, además con la derecha, le dio la victoria al conjunto cántabro. Han sido 3.000 minutos de sequía, 542 días en los que seguro que se preguntó los porqués de esa falta de tino. Ahora ya tiene una respuesta. Y no era, precisamente, por una mala dieta.

La faceta que empareja Iniesta y Balón de Oro

Desde el decisivo en la final de la Nike Cup, con 15 años, al que dio a España el Mundial de Sudáfrica el pasado verano, Iniesta siempre ha elegido con el mimo y la elegancia que él mismo derrocha los momentos en los que marcar gol. Quién no recuerda aquel antológico que anotó con La Roja en Old Trafford y que fue el germen del actual gran momento de la Selección. Ese fin último de este deporte es la firma con la que debe culminar su obra todo artista, piense probablemente Andrés, que por eso ha reducido su aportación goleadora a la exclusividad con la que conviven los genios. Pero la tendencia está variando. El manchego acumula dos tantos con el Barça y otro con la Selección en este arranque, sus mejores cifras de siempre. Una gran noticia, pues sólo engrosar esta faceta le separa de llegar al Balón de Oro.

El personaje: Llorente

Fernando Llorente cae bien. Es un tipo sonriente, agradable, accesible, honesto. Por su naturalidad contagia simpatía. El mejor ejemplo es la huella que ha dejado en la Selección, en la que sus más allegados no son cualesquiera, sino los pesos pesados del vestuario. Por eso mismo da gusto que las cosas le vayan tan bien. Ser portada en Madrid y Barcelona al mismo tiempo no se consigue así como así. Sus goles con el Athletic y con España le han colocado en pleno foco. Pero él, sin esconderse detrás de unas gafas de sol plateadas, ni saliendo derrapando de Lezama, ni forzando a su actual club a que lo venda bajo amenaza de amotinamiento, ha asimilado la situación con la tranquilidad que acostumbra, agradeciendo el interés y recordando su cláusula. Su sonrisa no variará en el futuro. Su camiseta quizá sí. Mientras, como hizo ante el Zaragoza, hará lo que mejor sabe: marcar.