NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Rubén Martínez

"Valdés y Jorquera fueron mis padrinos"

Rubén Iván Martínez Andrade (22-6-1984, Coristanco, A Coruña) fue uno de los últimos en sumarse al proyecto del jeque Al-Thani. Llegó sobre la hora. Pero tres semanas le bastaron para hacerse indiscutible. El gallego es un producto de La Masía, la cantera de moda, donde creció como portero en el regazo de un campeón del mundo. En Cartagena alcanzó la madurez. Ahora aterriza en La Rosaleda dispuesto a convertirse, como el Málaga, en un grande.

Rubén Martínez.

¿Cómo empieza Rubén a jugar al fútbol?

Mi padre un día me dijo si quería que me apuntase a un equipo. Le dije que sí y que quería jugar de portero. Y empecé en el equipo de mi pueblo, en Coristanco (A Coruña).

¿Cuándo se dieron cuenta de que en usted había madera de futbolista?

Eso es muy difícil. Igual un niño es buenísimo cuando tiene 12 años y luego se pierde. Y otro que tiene 12 años y lo ves normalito, al final llega. Nunca se sabe. En mi caso, jugando en el Orillamar de A Coruña, fuimos a disputar el trofeo de San Gabriel. Aquel día el Barcelona me pidió una prueba. Quieras o no, el Barcelona es el Barcelona. Ahí puedes pensar que igual algún día sí te puedes dedicar al fútbol.

¿Quién le lleva a Barcelona?

El entrenador de porteros del fútbol base del Barça era Jordi Castel, me dijo que fuese allí a probar y luego me dijo que sí, que me quedaba. Tenía 13 años cuando llegué al Barcelona.

¿Cómo fue su escalada al primer equipo?

Yo tuve la escalada normal. Otros como Messi o Iniesta saltan muchos escalones porque son unos fenómenos. Yo fui subiendo categoría a categoría hasta que me llegó la oportunidad de ser tercer portero del primer equipo, en el que estuve dos años, uno como tercer portero y otro en el que, debido a la lesión de Jorquera, fui segundo muchos meses. Un día expulsaron a Valdés, tuve que jugar 20 minutos contra el Valencia y luego jugué los 90 minutos en el siguiente encuentro contra el Levante. Así fue mi estancia en Barcelona.

¿Qué tal su relación con Víctor Valdés?

Muy buena. Es una excelente persona que siempre me ha apoyado en todo lo que ha podido. Me daba hasta guantes, al igual que Jorquera. Me ayudaban en todo lo que necesitaba y estaban muy pendientes de mí.

Fueron una especie de padrinos suyos...

Así es. Ellos también llegaron al primer equipo desde la cantera y sabían lo que eso significaba.

¿Qué jugador le impresionó más de aquel equipo?

¡Cualquiera! Deco, Ronaldinho, Xavi, Iniesta, Etoo...

¿Algún recuerdo especial del título de Champions?

Fue algo muy bonito ver como el equipo la ganó. Yo estuve allí y fue un orgullo. Pero lo cierto es que era el tercer portero y no me siento tan partícipe del título como el resto de compañeros.

¿Siempre fue culé?

Ya me gustaba el Barcelona de niño. Además, mi mujer es de Barcelona y eso te deja huella.

¿Queda alguno en el club de los que comenzó con usted?

El único que está ahora mismo de mi quinta en Barcelona es Iniesta. Hay alguno más por ahí jugando, pero la mayoría creo que ya no juegan.

¿Mantienen el contacto?

Si lo veo, lo saludo. Pero no mantengo un contacto especial con él.

¿Qué amigos conserva hoy de aquella etapa?

Conservo la amistad con Dani Fernández, lateral derecho que está en el Feyenoord; con Rodri, del Hércules; Víctor, que juega en Segunda B...

¿Quién es su ídolo?

Eso va por épocas. Cuando el Barcelona fichó a Vitor Baia, me gustaban él y Liaño, del Deportivo.

Hablemos ahora de su llegada a Málaga. Fue el último en aterrizar y y ahora es el primero en saltar al campo.

Kris y yo fuimos los últimos, pero todo el mundo me ha tratado fenomenal, se han portado muy bien conmigo, han facilitado mi adaptación y he podido debutar. Voy a dar el máximo y si el entrenador sigue confiando en mí, intentaré devolverle esa confianza con mi trabajo.

¿Cómo se hace para convertirse en portero titular en apenas tres semanas?

Se han dado las circunstancias y he trabajado desde el primer día para ganármelo. Tuve esa posibilidad y he intentado aprovecharla al máximo.

Llegó a Málaga con la vitola de mejor portero de Segunda.

El año pasado había muy buenos porteros en Segunda. Que me consideren uno de los mejores es un halago, pero había porteros de muchísimo nivel como Bravo, que subió con la Real y está haciendo un principio de temporada buenísimo.

Llega contrastado en Segunda. Una vez en Primera, ¿cuál el reto ahora?

Es mucho más difícil mantenerse que llegar. El Málaga quiere crecer como equipo y yo quiero crecer de manera conjunta con este equipo.

En las cuatro primeras jornadas ya habían jugado los tres porteros del equipo. ¿Qué le dice eso?

Aquí lo que está claro es que el que juegue de los tres lo hará bien. Soy consciente de que, si mantengo la confianza del técnico, no me puedo relajar porque tengo dos compañeros que están apretando a tope. Cuando vine, nadie me dijo que iba a ser titular. Sabía que había dos porteros más y que venía a pelear a muerte y sin ningún miedo por un puesto. He arriesgado. He venido a luchar.

¿Recibe muchos consejos de Arnau?

Sí me da consejos. Y muy buenos. Tiene mucha más experiencia que yo y trato de aprender de él.

¿Qué virtudes ve Rubén en Arnau y Galatto?

Arnau tiene una experiencia enorme y un uno contra uno fantástico. Me fijo mucho y trato de aprender de su uno contra uno. Galatto es muy alto, va bien por arriba y tiene un saque fenomenal.

¿Qué le pide Ferreira?

Es un entrenador que transmite mucha confianza y que tiene muchas ansias de ganar. Es el mejor entrenador para el proyecto que tenemos entre manos aquí en el Málaga.

El Málaga es el equipo que más remates recibe de la Liga. Y usted es el que más sufre esta estadística.

Pues habrá que cambiar eso y reducir esas estadísticas para ganar partidos. Si no, será difícil. Hay que trabajar para encajar menos goles.

¿Prefiere ganar 1-0 o 4-3?

Soy portero, así que 1-0. Siempre.