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Gorka aguarda paciente a que el club suba su oferta

La renovación de Gorka Iraizoz es la negociación más delicada en la plantilla deportiva que le resta a Macua. Aunque las conversaciones entre el club y su agente son constantes, persisten las diferencias. El mercado y las alternativas que hay en Lezama favorecen al meta. No tiene prisa.

<b>SILENCIO PARA NO ENTURBIAR EL PROCESO DE LAS CONVERSACIONES</b> Iraizoz está llevando el asunto bajo un silencio que no signifi ca otra cosa que pretender que su renovación por el Athletic llegue a buen puerto. Se ha limitado a decir una y otra vez que está a gusto en Bilbao y, a partir de ahí, no entra en valorar si la situación se demora bastante o no y los posibles intereses que llegan de otros equipos. Es una medida inteligente.
JUAN FLOR

El Athletic está enfrascado en una negociación complicada para ampliar el contrato de Gorka Iraizoz, que acaba el 30 de junio. El meta pretende seguir en Bilbao, donde goza de un estatus deportivo que colma sus aspiraciones, pero quiere obtener rendimiento económico del asunto. De ahí que lleve varios meses hablando con el club y se mantengan importantes diferencias económicas. Hay contactos permanentes entre su representante, Antxon Mujika, y el director general de la entidad, Jon Berasategi, pero la solución a este entuerto no parece cercana. Y claro, Gorka se muestra paciente sabedor de que tiene la sartén por el mango y es, a día de hoy, imprescindible.

Aunque en agosto el presidente, Fernando García Macua, dejó entrever que al acuerdo sólo le faltaba la firma, la realidad es distinta. Gorka Iraizoz, que tiene una oferta para seguir tres años, sabe que es indiscutible en la portería de La Catedral, porque en el club no existe un recambio de garantías. Se podrá hablar de si Raúl y Aitor Fernández tienen futuro, que Gorka Magunazelaia progresa cada día más, pero son porteros sin cuajo, a los que San Mamés les queda aún grande.

El ex espanyolista cuenta además con varios factores que le benefician. El principal es que el mercado no ofrece grandes alternativas: Almunia tiene ya 33 años, Goitia brilla en el Betis pero no está a su nivel y el bayonés Ruffier, titular en el Mónaco y que ha debutado con Blanc en la selección francesa, es una opción con interrogantes y nada barata.

Clubes al acecho.

Gorka juega con la ventaja de que no tiene prisa, porque su condición de futbolista libre en junio le abre muchas puertas. El Arsenal y el Barcelona están ahí, también el fútbol alemán, en el que agrada su corpulencia y está carente de guardametas de su nivel. Y luego hay clubes con porteros veteranos como Valencia y Sevilla en los que algún día tendrán que relevar a César y Palop.

Luego está otro argumento, que García Macua se quiere presentar a las próximas elecciones y no llegar a un acuerdo con el meta navarro supondría un serio revés en su imagen, aunque lógicamente tampoco puede tirar la casa por la ventana. La historia está en buscar un punto económico intermedio. Y con Gorka no se puede firmar por objetivos de partidos, ya que es titular fijo.