El Madrid le fichó por 20 pares de botas y 20 balones

Borja Valero dice con razón que Del Bosque le conoce de sobra. Desde los once años exactamente. A esa edad uno de los ojeadores de la Casa Blanca, Pepito Cecilia, le vio jugar en el campo de tierra (hoy de hierba sintética) de un modesto club madrileño, el Villa Rosa, fundado en 1978 en el barrio de Hortaleza.

Cecilia llevó su informe a Alberto García Collado, una institución en el Madrid, ya jubilado después de 49 años de servicios al club, quien habló del hoy internacional al jefe de la cantera blanca, su amigo Vicente del Bosque. El seleccionador aprobó que Borja Valero, con 11 años, se entrenase en el alevín, a las órdenes de Pedro Díaz y Antonio Mezquita. Pero siguió jugando con su equipo, el Villa Rosa, hasta el final de aquella temporada.

Borja Valero convenció a los técnicos, y el Madrid habló con el padre de Valero, un hombre de barba frondosa, que facilitó la operación. Alberto García Collado, en nombre del Madrid, cerró la operación con el Villa Rosa (con su entonces presidente, Gabri) por veinte pares de botas y veinte balones. Borja Valero fue creciendo en la Ciudad Deportiva, llegó a jugar 76 partidos con el Castilla y a debutar con el Madrid en un partido de Copa ante el Écija. Luego acabó su contrato y firmó por el Mallorca, club desde el que llegó al West Bromwich Albion. En la Premier jugó 31 partidos y otro Villa, el Villarreal, pagó seis millones por él.