NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Real Madrid | Mourinho se dirige a los portugueses

Mourinho: "Por dos días me sentí técnico de Portugal"

José Mourinho ha mandado un mensaje con fervor patriótico a los jugadores citados por Paulo Bento, a través de una misiva enviada a la Asociación de Entrenadores Portugueses. Confiesa sentirse triste por no dirigir a Portugal, pero asume que la decisión del Madrid fue la correcta.

Actualizado a
Mourinho: "Por dos días me sentí técnico de Portugal"
felipe sevillano

Soy portugués hace 47 años y entrenador de fútbol desde hace diez. Así que soy más portugués que entrenador. Pues eso, para que no haya dudas, vamos a lo que importa...

Las selecciones nacionales no son espacios de afirmación personal, sino de afirmación de un país y, por eso, deben ser un espacio de profunda emoción colectiva, de empatía, de unión. Aquí, en las selecciones, los jugadores no son sólo profesionales del fútbol, los jugadores son además de eso portugueses comunes que, por jugar mejor que los portugueses empleados de banca, taxistas, políticos, profesores, pescadores o agricultores, fueron escogidos para luchar por Portugal. Y cuando estos elegidos, a quienes Dios les dio un talento, se juntan para jugar por Portugal, deben hacerlo pensando en aquello que son. No simples profesionales del fútbol (esos son los que juegan en los clubes), sino que además de eso, portugueses comunes que van a hacer aquello que otros no pueden hacer, esto es, defender a Portugal, su autoestima, su alegría.

Obviamente, hay cosas en la sociedad portuguesa incomparablemente mucho más importantes que el fútbol, que una victoria o una derrota, que una clasificación o no para un Europeo o un Mundial. Pero los portugueses que van a jugar por Portugal, repito, no me gusta llamarles jugadores, deben saber dónde van, a qué van, por qué van y qué se espera de ellos.

Por eso, cuando la Federación Portuguesa de Fútbol contactó conmigo para ser entrenador nacional, aquello que sentí en mi casa fue orgullo. De lo que me acordé fue de los cientos y cientos de personas que en vacaciones me abordan para decirme cuánto desean que yo asuma el cargo. Esto me llevó, por primera vez en mi vida profesional, a decidir de una forma emocional y no racional, abandonando, aunque sólo temporalmente, un proyecto de carrera que me ha llevado hasta donde estoy.

Disculpen el lenguaje, pero la verdad es que pensé: que se jodan las consecuencias negativas y las críticas si no gano; que se joda el hecho de no tener tiempo para entrenar e implantar el fútbol que me ha llevado al éxito. ¡Por Portugal, yo voy!

Y es esto lo que quiero decir a los seleccionados por Portugal: Ahí no se pasea el prestigio; ahí no se va para lograr dividendos; ahí, quien va, va para dar; ahí hay que ir en alma y corazón; ahí no hay individualidades ni individualismos; ahí hay portugueses que vencen o pierden, pero de pie; ahí no hay malestar por jugar o por ir al banquillo; ahí sólo hay espacio para sentir orgullo y tener una actitud positiva.

Por un par de días me sentí y pensé como entrenador de Portugal. Y me gustó. Pero tengo que reconocer que el Real Madrid es una institución gigante, que me 'compró' al Inter, que me paga y que no puede correr riesgos delante de sus socios y aficionados. Permitir que su entrenador, aunque sea por unos días, deje su hábitat de trabajo y divida su concentración y sus capacidades es impensable.

Creo, por consiguiente, que las reacciones que salieron de Madrid y llegaron a la Federación hicieron que se anulase la reunión y no se formalizase la solicitud de mi colaboración. Para mí tristeza y frustración del presidente Gilberto Madail.

Pero subrayo ahora ya en frío: fue una decisión fácil de entender. Estoy al timón de un barco gigantesco, que no puede ni debe abandonarse ni por un minuto. El Real decidió bien.

Me quedé con el sabor amargo de no poder ayudar a la selección, pero también con la tranquilidad obvia de quien percibe que tiene en su mano uno de los trabajos más prestigiosos en el mundo del fútbol.

Ahora Portugal tiene un entrenador y debe ser considerado por todos como nuestro entrenador y como el mejor hasta el día en que deje de ser nuestro entrenador. Ésta me parece una máxima ejemplar: lo mío es lo mejor. Pues bien, si el nuestro es Paulo Bento, Paulo Bento es el mejor.

Como portugués, de Paulo espero independencia, capacidad de decisión, organización, moldeo de las estructuras de apoyo, fuerte movilización y, naturalmente, coherencia en la construcción de un modelo de equipo adaptado a las características de los portugueses que están a su disposición. Sinceramente, creo que Paulo tiene condiciones para desarrollar todo eso y siempre tendrá mi apoyo. Si él gana, yo, portugués, gano. Si él pierde, yo, portugués, perderé. Pero yo también quiero ganar.

En el último encuentro de entrenadores que disputan la Champions League, al ser cuestionado sobre el poder de los entrenadores en los clubes y a la pérdida de poder de los entrenadores de cara al nuevo panorama futbolístico, sir Alex Ferguson dijo (y no había nadie con más autoridad que él para hablar) que el poder y el liderazgo de los entrenadores depende de la personalidad de los mismos, pero que depende muchísimo de las estructuras que les rodean. Clubes y dirigentes fragilizan o solidifican a los entrenadores.

Yo traslado esas sabias palabras a la selección nacional: Todo el mundo, pero todo el mundo, en este país debe hacer del seleccionador un hombre fuerte y seguro. Y cuando digo todos, me refiero a los dirigentes, federativos y clubes, pasando por los jugadores convocados y los no convocados, continuando por los medios de comunicación y terminando por taxistas, políticos, pescadores, policías, trabajadores del acero, etc. Todos debemos estar unidos y ganar. Y si perdemos, que sea de pie. Pero, repito, hay cosas mucho más importantes que el fútbol en este país. Incomparablemente más importantes... Infelizmente.

Aprovecho esta oportunidad para desear que todos los entrenadores portugueses, los que están en Portugal y a los muchos que trabajan en tantos países de diferentes continentes, una temporada con pocas tristezas y muchas alegrías.

A Xico Silveira Ramos le manifiesto mi total confianza en su cargo como presidente de ANTF.