Fútbol femenino | RAYO VALLECANO
Fumi Goto, una japonesa en la Superliga
"Me gustaría ganar la Superliga con el Rayo y jugar al nivel de mis compañeras, pero mi gran sueño es poder jugar con Japón algún día", asegura Fumi Goto, de 23 años.
Fumi Goto es la jugadora más exótica de la Superliga, una japonesa que llegó a España de la mano del Rayo Vallecano y que, mientras se adapta a una forma de vida totalmente distinta, trata de hacerse un sitio junto a las campeonas españolas.
Avalada por su experiencia en el JEF United Ichihara Chiba, de la Primera división japonesa, para jugar en el Rayo Vallecano femenino, convenció al cuerpo técnico en los entrenamientos y ahora, bajo la dirección de Joserra Hernández, Fumi Goto intentará triunfar en el fútbol femenino español.
"Me gustaría ganar la Superliga con el Rayo y jugar al nivel de mis compañeras, pero mi gran sueño es poder jugar con Japón algún día", asegura.
Fumi, de 23 años, aún no domina el español y a duras penas se maneja en inglés por lo que la ayuda de jugadoras como María Galán, Natalia o la del propio técnico, ha sido vital para los primeros meses de la jugadora en España.
"La ayudan muchísimo, especialmente en los viajes. Por ejemplo Natalia, que no habla mucho inglés, busca la forma de hacerse entender, le explica los conceptos y hace que se integre a la perfección. Sus compañeras la ayudan, sobre todo, a vivir", afirma Joserra.
Primera japonesa en España
La lateral, primera japonesa que llega al fútbol español, sigue la senda iniciada por el centrocampista Nobuyuki Zaizen, que jugó en 1996 en el Logroñés, y que continuaron otros como Sotaro Yasunaga, Shoji Jo, Yoshito Okubo, Kenji Fukuda o Shunsuke Nakamura.
Fumi Goto se define como una lateral "no muy técnica y sin mucha fortaleza física", algo que su entrenador niega al tiempo que destaca su "enorme velocidad y disciplina".
Además de los diferentes aspectos del juego, Fumi se ha encontrado con una cultura muy distinta a la nipona y con problemas diarios como saber moverse en el metro.
"La vida en España es muy diferente, sobre todo la comida, aunque me gusta mucho la gente y el clima. La verdad es que me gustaría pasar muchos años aquí", asegura Fumi.
Quizá Fumi, que estudia español y vive en un piso compartido en el norte de la capital, no sepa que es la primera jugadora japonesa en España pero, mientras entrena junto a sus compañeras, sueña con recibir una llamada de Norio Sasaki, seleccionador nipón y vestir, por fin, la camiseta de su país.