Liga BBVA | Quinta jornada
Multifútbol
Hacía tiempo que la cabeza de la Liga no estaba tan apretada como ahora. Cuatro equipos escalonados en los primeros cuatro puestos y con la posibilidad de que el Villarreal irrumpa hoy entre ellos si gana en Málaga. El empate del Madrid ante el recién ascendido Levante es el mejor ejemplo de que esta Liga no es cosa de dos.
El incalculable valor del medio goleador
Siempre han sido tremendamente valorados en el fútbol los centrocampistas con llegada. Es lógico. Si a su función de canalizar y construir el juego se añade la de marcar goles y decantar partidos alguien debería pensar en aumentarles el sueldo como contraprestación. El Barça solucionó el duelo de Bilbao de esta manera. Keita, Xavi y Busquets fueron los goleadores y pusieron el colofón a sus extraordinarias actuaciones, completas como casi siempre en lo que se refiere a la posesión y el toque. Optar por las llegadas desde atrás es la mejor forma de suavizar las consecuencias de partidos ofuscados de los delanteros, como por ejemplo el de Villa en San Mamés.
Mata ya lidera la orquesta
El valencianista Mata se enfrenta, como en las bodas gitanas, a la prueba del pañuelo. Esta debe ser la campaña en la que demuestre que es el elegido, ese futbolista capaz de hacer olvidar a Silva. La tarea es complicada para cualquiera que la afronte, no hay duda. De momento lo está logrando con creces y en Gijón evidenció que ya no es un mero componente de la orquesta valencianista, como podía parecer en temporadas pasadas, sino el músico sobre el que se apoya la sinfonía y la fuerza del resto de la banda. En todos los gremios y profesiones hay una evolución natural que convierte a meritorios en directivos, a inexpertos en eminencias, a principiantes en estrellas. Mata protagoniza el final de ese proceso de forma pública y notoria a causa de las muchas ventas del Valencia durante este verano. Lejos de sentirse cohibido, el asturiano aprovecha para ganarse el respeto y la admiración de la gente como lo hacen los jóvenes emprendedores. Ya es un líder. Un líder de 22 años.
Los riesgos que hacen de Iker un héroe ya no existen
Tener a Casillas de brazos cruzados partido tras partido es como comprar una Harley Davidson y no disponer de un carnet que permita conducirla. Ahí, solitaria, guardada en un garaje, ve pasar los días sin ser protagonista de esas escenas soñadas sobre el asfalto, con música rock de fondo y un pañuelo sobre la frente de su dueño. Iker nos había acostumbrado con sus actuaciones a todo lo contrario. Hasta compartíamos su adrenalina. Siempre decisivo, siempre encima de sus desbordados defensas, el portero madridista ha transmitido esa sensación de vivir en el alambre hasta convertirse en un héroe. Esta vez la historia es diferente. El Madrid de Mourinho es un navío que no necesita salvavidas. Y ese riesgo era incluso divertido, ¿verdad Iker?
Problema si Valerón es el problema
El Depor cayó ante el Almería y, además de insuflar aire a Lillo en el banquillo almeriense, constató que se avecinan negros nubarrones sobre Riazor. La afición y parte de la plantilla ya no comulgan con el aparentemente pacífico Lotina, al que acusan de querer jubilar antes de tiempo a Valerón. Aún así, es imposible pensar que El Flaco haya iniciado un complot contra el técnico. No lo haría ni contra Bin Laden. Pero cuando las cosas van mal todo se magnífica y ayer, con Valerón sobre el campo casi por aclamación popular, el Depor tampoco funcionó. El problema será otro, entonces. Lo que está claro es que la época de vino y rosas de este club ya es pasado. El único presente es el que indica que todos deben remar en la misma dirección para salvarse.
Merche lloró y rió por igual
Es de recibo ponerse por unos momentos en la piel de Merche. Desconocida para el gran público, ayer la mujer de Míchel y madre de Adrián debió experimentar una de las sensaciones más extrañas que se puedan dar al ver enfrentarse a los equipos de sus dos seres queridos, Getafe y Racing. Un domingo perfecto para que alguna amiga se apiadara de ella y la llevara al cine. Y es que conocer el desenlace de semejante duelo debe ser más digerible una vez haya concluido que no siguiendo todos los detalles. Sin embargo, la imagino en el salón de casa, probablemente sola, animando a uno y otro por igual y lamentándose al instante por hacerlo. Pero no había solución. Uno de los dos saldría mal parado. Y esta vez fue Adrián. Para él seguro que fue la primera llamada, la de madre.
El trote divertido de Filipe Luis ha vuelto
Aunque ya jugó unos minutos con el Deportivo en los dos últimos encuentros de la pasada temporada, Filipe Luis volvió a sentir ayer ante el Zaragoza el cosquilleo que persigue a un futbolista antes de saltar al césped de un estadio mágico como el Calderón. Hacía nueve meses y tres días que Gorka Iraizoz le había caído fortuitamente encima de la pierna, fracturándole el peroné y luxándole el tobillo derecho. Un parte médico más propio de un esquiador o un jinete, pero del que el lateral brasileño se ha sobrepuesto con un tesón y una fuerza interior admirables. Quique ha esperado a que estuviera a plenitud de condiciones físicas para hacerle debutar como titular en el Atlético. Y él no le falló. Estuvo rápido por la banda en el gol de Diego Costa y alegre como siempre. Incluso cuando vio peligrar su carrera.
El precoz Cavenaghi encuentra su ritmo
El fútbol a veces va más rápido que la propia vida. Cavenaghi lo sabe bien. El delantero argentino del Mallorca, de 27 años, explotó demasiado pronto en su país y sus infructuosas aventuras en Rusia y Francia a punto han estado de echarle a perder. Ayer demostró con sus dos goles que no es así. La precocidad ha perseguido siempre al Torito. Su madre le tuvo con 15 años y él maduró antes de lo previsto como respuesta, quizá, a ese entorno familiar adolescente. Es por eso que siendo un niño tomó un macuto y dejó atrás su pueblo para brillar como futbolista en Buenos Aires y Europa. Lo primero lo logró en River; lo segundo aún puede hacerlo en Palma.
El personaje: Trezeguet
El goleador, esa raza de futbolista que no se agota, que sigue celebrando con los brazos y la boca abierta cada tanto, cada disparo que supera burlonamente a los desesperados porteros, se encarna a la perfección en Trezeguet. El francés llegó este verano a Alicante para participar en el ambicioso proyecto del Hércules, que tiene en Drenthe a su otro gran galáctico, y ante el Sevilla logró los dos tantos de la victoria. Cuántas veces habrá repetido semejante gesta el otrora internacional galo. Muchos podrían pensar que su aterrizaje en el Levante español respondía más bien a un retiro plácido y tranquilo, buen clima, equipo sin excesivas pretensiones y largo paseo marítimo por el que exhibir deportivo descapotable. Qué va. Todo lo contrario. Con los dos goles de ayer ya suma 447 en su carrera. Con esos números es difícil pensar que un depredador como él no quiera ampliar la cifra.