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LIGA BBVA | ATLÉTICO 1 - ZARAGOZA 0

El Atlético resiste ante un Zaragoza sin pegada

El conjunto colchonero logró la victoria en el Vicente Calderón con un gol de Diego Costa tras una brillante jugada individual del debutante Filipe Luis. Los rojiblancos jugaron y se divirtieron en una primera mitad que dominaron por completo. Tras el descanso, los hombres de Quique se difuminaron y el mando pasó a ser de su rival, que no convirtió su autoridad en ocasiones debido a una falta de pegada en ataque alarmante. Muñíz Fernández no señaló un penalti a Diego Costa en la última jugada del primer acto, convirtió un robo de balón de Tiago en una cesión a De Gea y expulsó a Reyes por propinar un codazo por detrás a Contini.

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El Atlético resiste ante un Zaragoza sin pegada
El Atlético resiste ante un Zaragoza sin pegadaReuters

Tan sólo cinco jornadas de Liga hicieron falta para que el enfrentamiento entre el Atlético y el Zaragoza se pudiera definir como un encuentro de urgencias. La derrota para cualquiera de los dos bandos podía originar una crisis respecto a sus objetivos de la temporada. Los colchoneros, con dos derrotas y un empate en los tres últimos choques disputados, comenzaron el envite con la posibilidad de acabar la jornada cuartos en la clasificación y los maños con la posibilidad de abandonar el farolillo rojo. Quique dejó en el banquillo a Agüero, colocó de nuevo a Perea en el lateral derecho del sancionado Ujfalusi e hizo debutar a Filipe Luis. En los aragoneses debutó Lanzaro y repitió titularidad el canterano Kevin.

Con el pitido inicial se confirmó lo que todo el mundo pudo prever antes del comienzo, el Atlético salió volcado al ataque con la idea de abrir el marcador entre ceja y ceja, mientras que el Zaragoza esperó agazapado para intentar salir al contragolpe. Los rojiblancos ofrecieron un fútbol práctico y vistoso en el primer tramo del partido que le sirvió para concentrar el juego en las inmediaciones del área de Leo Franco y que su rival intentó frenar con el uso reiterado de las faltas. Los de Gay por aquel entonces se fijaron como único objetivo evitar que los jugadores rivales llegaran a la línea de tres cuartos con el balón controlado. A tenor de lo que se veía sobre el césped, el primer gol del partido era cuestión de tiempo.

Sólo hacía falta superar el campo de minas fabricado por los maños con un destello de calidad de alguno de los hombres de Quique. Y así fue. Justo cuando se cumplía el minuto veinte de juego, el debutante Filipe Luis ofreció a su nueva afición la primera muestra del fútbol que atesora en sus botas con una internada por banda izquierda que sirvió para poner en bandeja el primer gol del partido a su compatriota Diego Costa. Sin llegar al ecuador de la primera mitad, el conjunto madrileño se puso con ventaja en el marcador y obligó a su rival a intentar algo más de lo que hasta ese momento había ofrecido. Pocos minutos después de recibir el gol, Leo Franco abandonó el césped lesionado dejando su sitio a Doblas.

Al Zaragoza el resultado no le valía para nada y logró adelantar algo sus líneas y alejar el desarrollo del juego de su portería, acosada desde el primer minuto. Fue entonces cuando hizo aparición en el partido un hasta entonces inédito De Gea para detener los lejanos e inocentes disparos visitantes. A falta de diez minutos para la conclusión de la primera mitad, Diego Costa gozó de una ocasión inmejorable para aumentar la ventaja de los suyos y dejar el choque casi decidido. El disparo cruzado del delantero brasileño lo despejó como pudo Toni Doblas. Al descanso, resultado justo y quizás algo corto para los intereses del Atlético de Madrid, más aún teniendo en cuenta el penalti cometido por Contini sobre Diego Costa justo antes del pitido que mandó a los jugadores a los vestuarios y que Muñíz Fernández no señaló.

Con la entrada de Sinama en sustitución de Kevin Lacruz comenzó el Zaragoza tras el intermedio. La idea de Gay de retrasar a una zona de mayor influencia a Ander Herrera colocando un segundo punta para acompañar a Marco Pérez, el cambio de actitud de su equipo y la pájara con la que el Atlético saltó tras el descanso tuvo como consecuencia que el equipo maño se mostrara superior al conjunto local. Los de La Romareda tomaron el mando del partido dirigidos por un brillante director de orquesta, Ander Herrera, que se hizo dueño y señor del centro del campo. Cuando el Atlético atravesaba sus peores minutos del partido, Muñíz Fernández transformó un robo de balón de Tiago en una cesión a De Gea de la que Sinama no fue capaz de sacar provecho con un disparo a bocajarro.

Cuando parecía que volvía la calma al Calderón, Reyes se empeñó en complicar la empresa a su equipo propinando un codazo totalmente innecesario por detrás a Contini en una jugada sin peligro alguno. El colegiado resolvió la jugada con la expulsión del sevillano por roja directa. La superioridad visitante durante el segundo acto se vio reforzada al gozar de superioridad numérica. Gabi tuvo la mejor ocasión de los de Gay con un potente disparo que resolvió como acostumbra un espléndido De Gea. Quique vio entonces necesario mover ficha desde el banquillo y dio entrada a Mario Suárez, Agüero y Valera por Tiago, Forlán y Diego Costa, respectivamente. Para Godín fue la única oportunidad local del segundo acto y Doblas se encargó de desbaratarla. Resultaba difícil comprender como un Atlético que jugó y se divirtió haciéndolo en la primera parte estaba sufriendo el calvario que sufrió en la segunda.

El Zaragoza lo intentó hasta la extenuación, pero no logró convertir su dominio en ocasiones de gol debido a su falta de pegada en ataque. El Atlético, que se marcó una primera mitad magistral, acabó pidiendo la hora en el Vicente Calderón debido a la transformación sufrida por ambos equipos tras el descanso. El conjunto madrileño se coloca cuarto en la clasificación a la espera de lo que suceda mañana en el encuentro entre el Málaga y el Villarreal. Los aragoneses, que siguen como farolillo rojo, se volvieron a casa de vacío concienciados de que mucho tendrá que cambiar el equipo para sobrevivir en Primera.