Catalán, el nieto de la casera de Santillana
Su abuela regentaba un hostal.


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Santillana fichó por el Madrid en agosto de 1971 con sólo 19 años. Se fue a vivir a una pensión de la calle Santa Isabel regentada por Pilar, familiar de su compañero Corral. Allí solían vivir los futbolistas del primer equipo y del Castilla de fuera de Madrid. Pero también vivía Pedro Catalán, un buen estudiante que, aunque no jugaba al fútbol, sí hizo migas con los madridistas.
Catalán se casó con Marisa, hija de la patrona. Tuvieron cuatro hijos y uno de ellos es ahora Quico Catalán, presidente del Levante. Santillana conoce a Quico desde el día que nació. De pequeño, Quico era del Madrid por Santillana. Tenía su camiseta y saltaba de alegría cuando Charly les visitaba en su casa de Denia. "Me hace mucha ilusión que esté ahí. Ya cuando la FEF nos reunió a todos los internacionales me dijo que era director general del Levante. Es joven, tiene ideas nuevas. Le deseo lo mejor y tengo que reconocer que ahora seré un poquito del Levante".



