Liga BBVA | Málaga 1 - Sevilla 2
Perotti amarga el debut del jeque en La Rosaleda
Partidazo del argentino. El Sevilla, muy superior al Málaga.
El sheikh Abdullah Bin Nasser Al Thani no tiene motivos, al menos en noches como ayer, para sentirse orgulloso del club que ha comprado. Desde su privilegiada atalaya en el palco soportó, con estoicismo qatarí, el baño táctico que Antonio Álvarez, el cuestionadísimo entrenador del Sevilla, le dio a Jesualdo Ferreira. Con sencillez, sin estridencias, sin absurdas normas de prensa y con humildad. Sólo sabiendo que el fútbol es como el ajedrez. Se gana en el centro del tablero. Y luego con futbolistas con la clarividencia de Perotti. Un jugadorazo que amargó a Jesús Gámez.
El duelo comenzó con un ritmo vertiginoso. A los tres minutos Palop detuvo, en acústica acrobacia, una falta sacada por Eliseu. Aunque el Sevilla estaba muy metido en faena, quien se adelantó en el marcador fue el cuadro local. Córner que bota Eliseu (determinantemente Ferreira sólo le tiene para los córner y las faltas pero no para jugar de extremo), Kris remata, Palop rechaza como puede y el balón dividido es rematado en plástica semichilena por Rondón. 1-0. Pero la fiesta dura poco en la casi repleta Rosaleda. Sólo cinco minutos. Perotti, una pesadilla constante, se marchó de Gámez y su centro preciso, precioso y elegante, fue cabeceado a la red por Alfaro, un bajito que le ganó el salto al ayer despistado Mtiliga. 1-1.
El centro del campo del Málaga está mermado. No tiene un perro de presa que presione, que robe balones, que se haga el amo del cortijo, y Apoño estuvo solo. Así que el Sevilla necesitó poco más para adueñarse del campo. A los 23 minutos, otro centro de Perotti fue interceptado, dentro del área con la mano por Fernando. Penalti que se tragó Delgado Ferreiro.
El Málaga no jugaba a nada y el Sevilla aprovechó el psicológico minuto 48 para adelantarse en el marcador. Guarente saca una falta. Weligton falla en el salto, Galatto sale a por uvas y Martín Cáceres, listo y eficaz, pone el 1-2 con el que pocos segundos después se llega al descanso. El Sevilla no pasó ni un apuro en la segunda parte y hasta pudo marcar el 1-3 en el 64', pero la primorosa vaselina de Negredo se estrelló en el poste.