El Mallorca despega con dos regalos de Osasuna

Ni Mallorca ni Osasuna tienen motivos para respirar tranquilos. La maquinaria de ambos aún debe encenderse, pero los bermellones al menos lograron su primera victoria en la Liga ante los ojos de Nadal, que hizo el saque de honor. El supercampeón no se merecía menores honores por parte de sus paisanos, aunque el partido dejara mucho que desear posteriormente para un gran aficionado como él.

En todo caso, lo importante para los intereses del Mallorca es que obtuvo su primer triunfo de la temporada. Fue gracias, mayormente, a las facilidades que le dio el conjunto osasunista, inocente atrás y blandísimo en ataque. De hecho, Castro ya avisó antes del primer gol de que si había alguien con la pólvora preparada era él.

Aún así, la forma en la que el cuadro de Laudrup se adelantó indica la enorme candidez de Osasuna. Un centro al área en una falta lo tocó con la mano de manera inexplicable Miguel Flaño, lo que propició la señalización de un penalti tan absurdo como agradecido por los locales. Castro lo marcó y de paso obligó al equipo navarro a variar sus planes, hasta ese momento bastante difusos. Ni siquiera los tímidos acercamientos de Pandiani hacían daño a Lux, cómodo en su vuelta a la portería tras la baja de Aouate a causa del Yom Kippur. El panorama no admitía cambios. No de manera inmediata, al menos.

Opciones.

Pese a ello, y sin que fuera una reacción para echar cohetes, Osasuna salió tras el descanso con más decisión de conquistar el empate. Lekic lo tuvo poco después del descanso en la única opción clara, pero su disparo se fue excesivamente cruzado tras un pase medido de Vadocz. El Mallorca no se arrugó, incluso Ramis pudo poner más tierra de por medio en el marcador tras un remate en un córner que salvó Nelson bajo palos, aunque sí dejó que fuera Osasuna el que llevará el control.

No le fue mal, porque todos los intentos de los de Camacho tuvieron una enorme dosis de impotencia que, casi al final, quedaron en nada de forma ridícula. Una falta a favor mal botada generó la contra local, rematada con éxito por De Guzmán. Un dislate. Un despropósito. Algo preocupante.