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Liga BBVA | Almería - Real Sociedad

Lillo, el espía txuri-urdin

El primer anfitrión de la Real conoce sus secretos

Lillo, el espía txuri-urdin
carlos barba

Llevaba tiempo la Real Sociedad esperando esto. Ya volvió a sentirse de Primera con su estreno en casa, ahora toca la segunda parte. Toca salida, quizá la más larga que tendrá este curso, cruzando el país de una punta a otra. Su anfitrión es Juanma Lillo, que estuvo a punto de lograr el ascenso que finalmente firmó Lasarte. Al tolosarra se le llena la boca hablando de la Real. Conoce la idiosincracia del club y, sobre todo, la de la plantilla. Coincidió con 16 jugadores. Eso le da cierta ventaja.

En estos días de parón, Lillo ha desempolvado sus recuerdos realistas, viejos secretos. Alecciona a su tropa y les dice lo que quiere. Insistente, también pule su 3-4-3, un sistema en desuso y que parece que hoy tendrá matices mucho más ofensivos. Porque estudia quitar músculo del centro del campo y dar entrada a un nueve. De eso también tiene la Real, que quiere que Tamudo agarre con fuerza la bandera de su proyecto. Después de una vida en el Espanyol, quiere ponerle un broche de oro a su carrera. La Real es su Schalke. Y su trabajo es doble hoy, en este lunes raro. Sí, raro, porque hay fútbol. Pero hablábamos de Tamudo, que se queda sin su pareja Llorente por culpa de una lumbalgia. El veterano punta tiene por detrás un grupo con hambre y mucha juventud, con un aire a Zubieta más que interesante.

El Almería es otra cosa. No es cantera pero sí una fábrica. Ficha a gente joven y casi desconocida para que se encumbre de rojiblanco. La senda de los Negredo y los Felipe Melo la deben seguir Valeri, Piatti, Bernardello, Alves... Son maneras distintas de entender el fútbol y con Lillo como nexo común...