Juli tumba al Tenerife

Las cosas empezaron ayer mal para el Tenerife y terminaron peor. El equipo canario tuvo el primer contratiempo en el calentamiento al lesionarse Juanlu y acabó perdiendo el partido cuando ya acariciaba la posibilidad de llevarse un punto de Teresa Rivero. El percance inicial lo resolvió Arconada retrasando la posición de Juanlu y dando entrada a Aitor Núñez en la convocatoria. Para el segundo no encontró solución, ya era demasiado tarde.

Minuto 86: Trejo falla en el control de un balón dentro del área, el esférico llega a Juli tras el rebote y el futbolista del Rayo acomoda su pie derecho para mandarlo al poste contrario lejos del alcance de Sergio Aragoneses. Un toque sutil el del futbolista alicantino que dio la victoria al Rayo y deja al Tenerife a nueve puntos de la zona alta de la clasificación.

Defensivo.

El Tenerife cayó en Vallecas de la forma más cruel, cuando apenas le quedaba tiempo para reaccionar. Aunque en realidad eso hubiese dado casi igual, porque el equipo de Arconada se había olvidado de atacar en los 85 minutos anteriores al gol de Juli y se había preocupado tanto de tratar de mantener su portería impoluta que había perdido la brújula para encontrar la del Rayo.

Baste un dato: tan sólo uno de sus escasos disparos fue a puerta. Y eso sucedió en el minuto 82, en el lanzamiento de una falta desde el borde del área que ejecutó Julio Álvarez. Poco bagaje ofensivo

El caso es que el Tenerife comenzó teniendo la posesión del balón. Al menos fue suyo hasta que el Rayo comenzó a presionarle con mayor vehemencia. Entonces la situación cambió y fue el equipo vallecano el que comenzó a triangular, a abrir el juego por las bandas -sobre todo en la que estaba Juanlu- y sus ocasiones fueron llegando.

La primera clara fue de Armenteros, también en un golpe franco en la frontal del área, pero Aragoneses se lució en su estirada para evitar que el balón entrase por la escuadra. El argentino sí marcó cinco minutos después con una preciosa vaselina, aunque el tanto no fue validado por un teórico fuera de juego a instancia de uno de los auxiliares de Pino Zamorano, quien dudó hasta el último instante si levantar o no el banderín.

La segunda parte tuvo el mismo guión, con el Rayo queriendo ser ambicioso y con el Tenerife reservón. La entrada de Juli al terreno de juego fue providencial para el conjunto franjirrojo y nefasta para el canario. Él explotó aún más la banda izquierda rayista y generó peligro en dos internadas que no fructificaron por las respectivas intervenciones de Aragoneses y Pablo Sicilia. La tercera, ya saben ustedes como acabó. Sólo les digo que se produjo en el minuto 86.