La Unión se mantiene invicta por Biel y Juanjo

Fue mejor el Nástic en casi todas las parcelas del campo, pero no donde se deciden los partidos. Biel Ribas mantuvo al equipo en el encuentro al pararle un penalti a Rubén Navarro en la primera parte. Había sido el fruto de un dominio visitante claro, pero infructuoso. Desde el principio el equipo tarraconense pareció mejor situado. Presionó muy arriba y no dejó sacar la pelota limpiamente a los de Cano. Tampoco ayudaban los problemas en la construcción de Endika y Héctor Yuste. Arriba jugaban juntos Juanjo y Marcos Márquez, pero estaban muy desconectados del juego. En cambio el Nastic tocaba muy bien la pelota y monopolizaba el juego en el campo blanquinegro. Cierto es que las ocasiones no llegaron hasta que el árbitro pitó un penalti por falta de Arbilla. Biel se encargó de abortar la acción.

Los blanquinegros no encontraban la pelota ni el sitio, pero sí encontraron el gol. Zamora envió un gran pase para Juanjo que el delantero aprovechó para acomodarse y rematar cruzado. Primer gol como unionista del cántabro que se lo dedicó a su abuela recientemente fallecida. Fue el más entonado de la parcela ofensiva. En cambio los de atrás estuvieron espléndidos con especial mención a los dos centrales.

Segunda parte. Al Nástic le costó mucho más llegar en el segundo tiempo. La Unión aumentó la intensidad en su presión y dejó jugar menos. Tampoco los cambios mejoraron las cosas ya que la entrada de Powell restó circulación al juego y benefició un fútbol más directo en el que reinó Moratón. Cano intentó que Kike López dinamizara el juego de ataque local, pero tampoco lo consiguió. Los charros tuvieron que limitarse a defender con ímpetu y solidaridad. Lo consiguieron y evitaron casi todos los ataques tarraconenses menos el que pudo costar el empate en el último minuto. Alex Ortiz remató de cabeza a la salida de una falta y su testarazo rozó el palo izquierdo de Biel Ribas.

El final del partido sólo sirvió para enturbiar las cosas con la expulsión de Mingo. Juanjo fingió una agresión que no existió y hubiera valido con una simple cartulina amarilla. El Helmántico celebró finalmente el triunfo que le mantiene invicto en el campeonato con la mirada atenta de Vicente Del Bosque.