Eurocopa 2012 | Francia 0 - Bielorrusia 1
La Francia de Blanc se estrella ante Bielorrusia
Benzema no jugó y la afición acabó muy enfadada
Para pasar página con lo que ocurrió en Sudáfrica, el seleccionador francés Laurent Blanc apostó por un grupo joven e inexperto formado por siete jugadores que contabilizaban menos de diez internacionalidades (Rami, Clichy, Ménez, M'Vila, Diaby, Hoarau y Rémy). El resultado y la manera de perder quitaron la razón al ex técnico del Girondins. Imprecisos y lentos en las transiciones de la pelota, los nuevos bleus tuvieron muchas dificultades para generar peligro contra un equipo bien colocado.
Sin Benzema, que no jugó por precaución después de lesionarse en el tobillo derecho, los delanteros franceses inquietaron por primera vez a Zhevnov, el guardameta bielorruso, en el minuto 45 con un chut de Malouda desviado pero que puso en bastantes dificultades al portero contrario.
En la segunda parte, los galos volvieron con las ideas más claras pero sin encontrar el camino del gol. Ménez (minuto 46), M'Vila (48'), Hoarau (60') y Valbuena (70') tuvieron ocasiones claras para poner a Francia sobre el buen camino, pero la suerte y la precisión faltaron a la hora de la verdad. La suerte esquivó definitivamente a los de Blanc cuando Kislyak puso el balón en el fondo de las redes con un tiro potente y tras recibir un balón bien dado por Vyacheslav Hleb, el hermano del ex jugador del Barça. Este gol fue un jarro de agua fría para los jóvenes franceses, que no tuvieron tiempo suficiente para reaccionar y ofrecer un empate a un público que no paró de animar a su equipo, pero que tras el gol abucheó y se enfadó con su selección.
Mazazo.
Es la segunda derrota de Blanc en dos partidos como seleccionador, ésta contra un equipo clasificada en el 78º puesto del ránking FIFA y que podría pesar mucho en la recta final de la clasificación para la Eurocopa 2012. Ahora, el partido del martes frente a Bosnia parece ya decisivo. Otro resultado negativo complicaría el viaje hacia Ucrania y Polonia. El equipo francés necesita tiempo para reconstruirse. El problema, el grandísimo problema, es que no lo tiene.