Todo arrancó a mediados de los 80

Poco antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles la selección de Liechtenstein dio sus primeros pasos. Dos partidos ante Holanda en marzo de 1983, inicio del camino. Derrotas, claro. 0-3 en Balzers y 1-3 en Deventer, como bien se encargó de inmortalizar France Football en una nota tan diminuta como el propio Liechtenstein, que aun así ya había disputado algún partido con sus selecciones juveniles.

En aquella época la prensa local trató de impulsar la creación del FC Liechtenstein, equipo que trataría de colarse en la liga suiza. No cuajó aquello, pero muchos años después el Vaduz sí llegó a competir en la primera división helvética. Y con Pierre Littbarski como técnico nada menos. Descendió, pero de él se nutre parte de la selección que hoy jugará con los campeones del mundo. Desde el portero Jehle al central Oehri, el lateral izquierdo Burgmeier o Ritzberger, un modesto y sacrificado lateral que en la reciente derrota 3-0 en Rusia jugó en el mediocampo para dejar a Vogt a su espalda. Aquella tarde en Moscú la débil Liechtestein salió con una digna derrota (3-0) que confirma que tampoco es fácil de golear. Un meritorio 0-2 ante la mismísima España en las eliminatorias para la Eurocopa lo atestigua. En aquella clasificación incluso ganó a Letonia (1-0) con un tanto del inagotable Mario Frick, que lleva 14 goles en casi cien partidos con la selección y aún dando sus últimos coletazos con el Saint Gallen en la primera suiza tras mostrar al mundo durante muchos años en la serie A italiana que el fútbol de Liechtenstein también existe. En su enorme modestia, claro. Michael Stocklasa también jugó en el Vaduz y su gol arrancó un empate ante Islandia en el último amistoso. Y Michele Polverino -que juega en Segunda con el Aaraun- también hizo otro tanto que le dio un punto a la selección ante Finlandia en las eliminatorias para el Mundial. Otro de los habituales, que esta noche vivirá un sueño ante muchos de sus ídolos.