Conjura de veterano

David Albelda y César Sánchez se rascaron ayer el bolsillo. Y lo hicieron con gusto, sin picarles, por un motivo personal y un fin colectivo. Uno, el centrocampista, cumplió el miércoles 33 años; otro, el guardameta, festejaba ayer sus 39 primaveras. Ambos quisieron celebrarlo con sus compañeros y también con el cuerpo técnico y los empleados del club. Lo hicieron con una cena en el restaurante Els Capellans, la primera de la temporada. Fue algo así como la conjura de los veteranos, porque este Valencia quiere actuar contra el poder establecido la pasada Liga y dar mucho que hablar en este curso.

La cena estaba prevista para 40 comensales. Albelda y César no se dejaron a nadie por invitar. Sólo estuvieron ausentes los internacionales y los que por motivos personales no pudieron acudir. Los recién llegados, casos de Soldado, Aduriz o Tino Costa, habían convivido con sus compañeros en la pretemporada, Málaga y compartido mesa y mantel con todos en el almuerzo que pagó la directiva en el Nou Racó la pasada semana. Pero lo de anoche fue diferente, porque no había protocolo y sí mucho compañerismo.

Una de las claves del Valencia durante la pasada temporada fue la armonía que hubo en el grupo. Los propios jugadores lo destacan en petit comité. Entre los pequeños detalles que fomentaron tal comunión, las cenas que con relativa frecuencia organizó la plantilla a lo largo de la temporada, alguna auspiciada por el propio cuerpo técnico de Unai Emery. La fórmula se quiere repetir, y más en un año en el que el colectivo tiene que tirar del carro para rebelarse como la tercera vía en la Liga.