Xabi Prieto: "El mejor regalo fue ganar, no el gol"

Xabi Prieto sopló ayer las 27 velas de su cumpleaños viendo una y otra vez el gol que marcó al Villarreal y que supuso el triunfo de la Real en su regreso a Primera. El interior diestro donostiarra era un hombre feliz. Por razones obvias, tuvo que aplazar hasta ayer la celebración con su familia, amigos y muchos de sus compañeros, aunque el domingo, el día que cumplió 27 años, ya lo celebró por todo lo alto en el mismo Anoeta volviendo a Primera a lo grande con su querida Real, esa que no dejó ni cuando descendió a Segunda, pese a las suculentas ofertas que le llegaron.

Día redondo. "Para mí lo mejor del día fue la victoria, por eso fue realmente un día muy bonito. Y si encima marcas...", decía con humildad Xabi Prieto, al sentir que la Real demostró que no va a ser un simple invitado a la élite del fútbol español.

"Después de tres años duros y largos, sufriendo mucho en Segunda, para los que somos realistas este regreso ha sido increíble. Ganamos, con mucho esfuerzo, a uno de los rivales grandes de la Liga. Ha merecido la pena la espera y apostar por la Real para vivir todo esto", concluyó.

Y no pudo evitar acordarse de los casi 25.000 seguidores que acudieron a Anoeta. "Me alegro por la gente que nos ha apoyado desde las gradas, que sufrió con nosotros en Segunda. Me alegro de que haya disfrutado, por fin en Primera".

Hoy, ofrenda floral y comida

La plantilla aprovechó ayer la jornada de descanso que les dio el cuerpo técnico tras ganar al Villarreal y esta mañana vuelve al trabajo a las 10:00 horas, en Zubieta. Tras la sesión matinal, la plantilla se dirigirá al centro de San Sebastián para disfrutar de uno de los actos clásicos de todos los inicios de temporada de la Real. Todos los jugadores txuri-urdin visitarán el Camerín de la Virgen de Coro en la Iglesia de Santa María para celebrar la tradicional misa y ofrenda floral de principios de campaña, y tras la misma acudirán juntos a la Sociedad Gastronómica para completar el día con la habitual comida que suele suceder al acto litúrgico.