Salva Sevilla ilusiona a Betis

Hoy serán muchos lo béticos que hablen con alegría e ilusión de su equipo, el líder de Segunda con permiso del Cartagena, tras unos meses de convulsión y sufrimiento. Sólo le ha bastado un partido al Betis de Pepe Mel para dar un puñetazo en la mesa y mandar un serio aviso a sus rivales por el ascenso. Y lo ha hecho de la mejor forma posible, con jerarquía y pegada, también un enorme sacrificio, incluso mucho arte. El que tiene Salva Sevilla en sus botas y que aprovecha su compañero Jorge Molina. Un dúo que parece ser protagonista esta temporada en Segunda y que ha permitido al Ruiz de Lopera olvidar las penurias aunque sólo sea por una semana.

Este nuevo Betis no tendrá jugadores de renombre pero sí un buen equipo de Segunda. Si sigue a este nivel, aunque creó ciertas dudas en la segunda parte por el cansancio, los cracks de los últimos años pronto pasarán a la historia, para bien del beticismo. Los datos son claros: sólo hace falta ver cómo juegan Momo, Rubén Castro, Salva Sevilla o Jorge Molina para darle el visto bueno a sus fichajes. O eso parece, porque en el Betis todo se puede esperar. Lo bueno y lo malo, por algo lo asemejan a Curro Romero. De momento, los cuatro goles ante el Granada lo firmaron tres fichajes este verano.

Y es que es imposible que las dudas no aparezcan en La Palmera, a pesar de las buenas sensaciones. El Betis es el Betis y sólo hay que mirar al año pasado para no lanzar las campanas al vuelo tan pronto. Tuvo un inicio parecido con goleada (3-0), ante otro rival andaluz como es el Córdoba, el día que toda la grada de Heliópolis aclamó a Sergio García y le pidió que no se marchara. Los tiempos han cambiado, el catalán ya no está y ahora sus recambios son de garantía y tienen un compromiso enorme por el club al que representan. Si siguen a este nivel, muy pronto Jorge Molina o Salva Sevilla serán ovacionados y Sergio García, como Emaná, con la mente en el extranjero, sólo serán dos jugadores de una de las peores etapas del Betis.

Pegada. El partido salió vistoso, con un Granada agazapado a la espera de hincarle el diente a su rival. 22 años después se veían en una categoría nueva, pero sin miedo a nada. Porque el equipo de Fabri tiene nivel para ser la revelación esta temporada. Sólo le falta mejorar en defensa y no tener ciertos despistes de bulto que ante rivales de renombre les puede costar caro. Como ayer en Heliópolis. Fue Dorado quien le dio la primera novatada al Granada tras un córner lanzado por Salva Sevilla, que esta temporada le hará la competencia a Caffa a balón parado. El ex del Huesca cabeceó de forma perfecta ante la inútil estirada de Roberto, para sacar la primera sonrisa en el Ruiz de Lopera después de mucho tiempo.

Ese gol no amilanó al equipo de Fabri, que poco después encontró recompensa. Dani Benítez batió a Goitia, con ayuda de Belenguer, tras una contra lanzada por Geijo, en la que fue su única acción de peligro en todo el partido. Pero el Betis no le dolió mucho el golpe, como le ocurría tiempos atrás. Antes del descanso, Jorge Molina se estrenó como goleador verdiblanco en Segunda al culminar una perfecta jugada de tiralíneas de medio equipo local. Fue una ayuda extra para el Betis antes de marcharse a vestuarios. Luego llegarían minutos difíciles, donde el Granada apretó sin mucha consistencia pero se encontró con Goitia, sobre todo en un disparo de Orellana desde la frontal.

En ese momento apareció Salva Sevilla y su clase para finiquitar el encuentro, primero con un golazo de vaselina que sacó algunos pañuelos en el estadio y después con una asistencia perfecta que el killer Jorge Molina no desaprovechó. Una goleada que deja al Betis en lo más alto de la tabla y con la sensación de que este año sí es un equipo. Sin jugadores de renombre, pero los que están son más válidos para Segunda. Aunque es el Betis y mañana todo puede cambiar. O no.

La afición del Betis, crítica con Luis Oliver

Luis Oliver también fue ayer protagonista. El consejero deportivo del Betis tuvo que escuchar cánticos de la afición contra su persona, incluso la seguridad impidió a un grupo de béticos enseñar una pancarta en la que le comparaban con Lopera. Se montó una pelea que acabó sin consecuencias.