El fichaje más caro de la historia culé sólo aguantó un año

Ronaldinho ya le dio la bienvenida en el césped del Camp Nou. "Sería un placer jugar contigo", le dijo al oído. Como el Gaúcho, Ibrahimovic tendrá el mismo camino que el brasileño, con dirección a Milán. Pero si el del sudamericano fue en 2003 un fichaje ilusionante, el del sueco resultó ser una incógnita, dada la complicada convivencia que tuvo en todos los vestuarios en los que vivió. De la Juve, Inter y ahora del Camp Nou lo patearon por la puerta de atrás. Pero se da la circunstancia de que Ibra fue el fichaje más caro de la historia del club (45 millones más la ficha de Samuel Etoo). Un escándalo para un chico problemático, con graves problemas de comunicación y de adaptación. El Barça saldrá perdiendo. Cada año de contrato, al club le cuesta 29 millones para amortizarlo. Con un salario impresionante (12 millones), reventó la convivencia interna del colectivo.

Pero no sólo se estampó el club con Ibra en el aspecto económico. Deportivamente también el negocio fue nulo. No tiene relación apenas con sus compañeros y las tirantez con el entrenador cada vez es más grande. El chicle ya no se puede alargar más. No se entiende con Messi en el terreno de juego, pidió que el equipo se centrara en él para elaborar el juego y faltó al respeto a Guardiola en las sesiones. Ahora comienza a entenderse el por qué Pep los cierra a la prensa. Quería que no se retratara el fracaso al fichaje más caro de la historia culé.