La FIFA desestima los presuntos malos tratos recibidos por la selección norcoreana

La FIFA ha desestimado las acusaciones sobre el presunto castigo a la selección de Corea del Norte y a su técnico por haber perdido sus tres partidos en el pasado Mundial de Sudáfrica.

Los medios asiáticos informaron de que el equipo había sido avergonzado públicamente al volver de Sudáfrica tras quedar eliminado en primera ronda con 12 goles en contra.

La FIFA insistió en que todo había sido normal en Corea del Norte y que no se había producido una "caza de brujas". "La federación (norcoreana) asegura a la FIFA que el señor Kim Jong-hun, técnico de la selección nacional, y todos los otros miembros del equipo están entrenando normalmente", señaló la FIFA en un comunicado.

"La asociación también indica que no hubo sanciones al técnico y que los informes sobre este asunto fueron infundados. Con toda la información en sus manos, y habiendo comprobado todas sus fuentes, la FIFA decidió cerrar el tema", agregó.

En la fase de grupos, Corea del Norte cayó 2-1 ante Brasil, 7-0 con Portugal y 3-0 frente a Costa de Marfil y se convirtió en el equipo más goleado en la historia de los Mundiales.

''Radio Free Asia'' y medios surcoreanos dijeron que Kim y su equipo fueron obligados a presentarse en el Palacio de Cultura del Pueblo frente a 400 autoridades del Gobierno, estudiantes y periodistas.

Así, se dijo que los jugadores fueron sometidos a seis horas de crítica por su actuación en la Copa del Mundo, su primera participación desde 1966.

Por otra parte, la FIFA añadió que la elección del presidente de la federación norcoreana también estaba dentro del reglamento. "La federación clarificó que la elección del presidente realizada el 19 de junio se produjo de acuerdo a los estatutos de la asociación y no fue afectada por ningún resultado del equipo en el Mundial", aclaró la FIFA.

"En el momento de la elección el equipo sólo había jugado un partido contra Brasil y había mostrado un buen nivel de juego", continuó.

Corea del Norte también se vio involucrada en una controversia durante la eliminatoria para el Mundial, en especial en sus partidos contra su vecino Corea del Sur.

Tras negarse a emitir el himno nacional surcoreano y a izar su bandera en los encuentros que iban a disputarse en Pyongyang, la FIFA debió trasladar los encuentros a Shanghai para evitar un conflicto diplomático mayor.

Corea del Norte también protestó ante la FIFA acerca de que la comida de sus futbolistas había sido alterada y que el árbitro del partido había sido parcial en una derrota 1-0 contra su vecino en abril del 2009.