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XXXII Edición Trofeo Santiago Berbabéu | Real Madrid - Peñarol

"Aquel Real Madrid era como una apisonadora"

El Madrid se alzó con el primer título mundial de clubes para poner la guinda a las cinco Copas de Europa consecutivas. Peñarol, el equipo de moda junto a River en los 60 en Sudamérica, se había desecho del Olimpia en la Libertadores. Pero no tuvo opciones contra el equipo blanco.

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<b>PUDIERON SER MÁS. </b>Maidana acertó a despejar este balón que Di Stéfano estuvo a punto de aprovechar.

Dos meses antes del partido de Montevideo, la ida de la primera Intercontinental de la historia, el Madrid había arrasado al Eintracht (3-7). Santamaría, Pachín y Del Sol recuerdan para AS la hazaña del primer título mundial. "Di Stéfano, Domínguez, Rial y yo mismo teníamos bien informado al equipo del potencial de Peñarol y del fútbol sudamericano. Era una papeleta. ¡Representábamos a Europa! Bernabéu nos lo dejó claro. Jugamos con el escudo de la UEFA. Ellos, encima, eran enemigos míos naturales", trae a la memoria Santamaría, criado en Nacional (además, compartía vestuario de selección con Maidana, Martínez o Borges).

"Tras el 0-0 de Montevideo levantamos los brazos como si hubiéramos ganado, sabiendo lo que les esperaba en la vuelta, y toda la gente y la Prensa de allí se extrañó mucho. La verdad es que el campo estaba horroroso, muy irregular por la lluvia, y ellos se emplearon a fondo", recuerda Del Sol. Pachín tiene en la cabeza el viaje de vuelta, que se dilató para algunos: "Acababa de suceder el terremoto de Chile. Y Vidal, Santamaría y yo tuvimos que ir directos a hacer una gira con la Selección: un partido en Perú, dos en Chile, otro en Buenos Aires y de ahí, a casa...".

Los uruguayos aprovecharon su posterior visita a Madrid para hacer turismo. Fueron a las Ventas (Pachín aún conserva aquel cartel), y luego a Chicote, pero la verdadera fiesta sería en el Bernabéu. El Madrid les pasó por encima. "Resultó bastante fácil. A los 10 minutos ya ganábamos 3-0. Yo me encargaba de Cubilla. Era rápido, habilidoso y con bastante mala leche. Y tenían a Spencer (marcó el gol del honor), un morenito tipo Sócrates que saltaba y cabeceaba como los ángeles", dice Pachín. "Peñarol acusó mucho el resultado y tardó en venir a la cena de gala. Y allí que los esperamos en el hotel Intercontinental. Pero habían quedado muy afectados porque sabían que con los cinco goles en contra su hinchada les pasaría factura", apunta Santamaría.