El Sevilla tira a la basura media temporada
El Sevilla se despide de la Liga de Campeones tras una lección de juego a la contra por parte del Sporting de Braga. Los de Álvarez hicieron un buen encuentro, pero Matheus y Lima se encargaron de dinamitar el proyecto 2010/2011 de Monchi.

El Sevilla ha hecho una bola con el guión de la temporada 2010/2011 y lo ha tirado a la basura. Lo que parecía una remontada segura para muchos se convirtió en un descalabro anunciado por el buen hacer de un club, el Sporting de Braga, que siempre ha estado entre los mejores de la liga portuguesa en los últimos años, a pesar de la etiqueta de "club de perfil bajo" que muchos le colgaron.
Aunque no contaba con ninguna estrella, el equipo de Domingos Paciencia supo cerrarse perfectamente y salir a la contra con calidad, sobre todo gracias al buen hacer de sus brasileños. Por su parte, el Sevilla, pese a llevar siempre el peso del partido, no tuvo suficiente empuje ofensivo en las botas de sus cañoneros.
El partido tenía todos los ingredientes para que el Sevilla pudiera eliminar de un plumazo a los Guerreros del Miño: una afición de primer orden, una dupla ofensiva de primerísimo nivel y la bendición de la estadística: el Sevilla había remontado las tres veces que tuvo un 1-0 en contra en competición europea. El equipo de Antonio Álvarez comenzó envalentonado, empujando especialmente por la banda derecha. Incluso Kanouté llegó a marcar, pero en posición ilegal, en el primer minuto de juego, aunque un defensor portugués podría haberlo anulado al tocar el balón. Sin embargo, no era buena noticia que el lateral francés Konko fuera el jugador más incisivo del Sevilla en el primer cuarto de hora, ni que el velocista Matheus diera un primer aviso en el 14.
El Sevilla, a pesar de tener el control absoluto del partido, no terminaba las jugadas, o si lo hacía, era a través de centros blandos de sus laterales. En el ecuador del primer tiempo, la estrella de Navas comenzó a brillar, aunque de manera muy intermitente. A pesar de ello, a punto estuvo de llegar Luis Fabiano a un pase medido del extremo andaluz que hizo recordar al Braga que enfrente estaba 'O Fabuloso'.
Con la necesidad de abrirse cada vez más, el Sevilla debió olvidarse de que enfrente tenía a un club portugués de muy buen nivel, y el equipo de Domingos Paciencia abrió el manual por la página de los contragolpes y comenzó a aplicar la teoría a rajatabla. Así, en el minuto 30, Matheus, autor del gol en el partido de ida, no perdonó tras aprovechar un rechace tras una gran jugada de Paulo César. Se enciendieron las alarmas en el Pizjuán. El Sevilla necesitaba ya tres goles para clasificarse y sus delanteros, Luis Fabiano y Kanouté, apenas habían rematado un par de centros blandos, y no desde las bandas y en las botas de sus extremos, sino en perpendicular al área y a través de Konko y Dabo, voluntariosos pero no muy técnicos.
La segunda parte comenzó del mismo modo que la primera. Se echaba de menos la participación del argentino Perotti, y de Cigarini, el nuevo italiano del equipo sevillista, apenas se puede decir que estuvo bien sacando los saques de esquina. Pasados diez minutos del segundo tiempo, el partido explotó, y el Sporting de Braga lo detonó como mejor sabía: a la contra. Otra vez Matheus, tras un gran pase de Salino -magnífico jugador, incansable y técnico a la vez-, se fue hasta línea de fondo, y tras algo de fortuna, Lima anotó el segundo del club portugués.
Sin embargo, la reacción del Sevilla no se hizo esperar. Luis Fabiano, cada vez más fundamental para el Sevilla, remató dentro del área, y con la ayuda del portero Brasileño Felipe, que no atajó el balón, devolvió la esperanza a la afición sevillista. Sin embargo, no fue 'O Fabuloso' ni Kanouté quienes tuvieron en sus botas buena parte del partido. José Carlos, que había salido en el minuto 61, rompió a su par dentro del área y empotró el balón en el palo corto de la portería del Braga.
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Ya con el partido roto, Navas, incisivo durante todo el partido pero con poca profundidad, marcó el segundo tanto del Sevilla. El milagro se podía obrar, pero con el equipo de Antonio Álvarez estirado al máximo, el portugués Silvio puso un buen balón a Lima, que aprovechó a su vez una salida mal medida de Palop para marcar su segundo gol de la noche. En los últimos instantes del partido, y tras un córner, de nuevo Lima se encargó de marcar de cabeza su tercer gol y de paso, poner la cabeza de Álvarez en bandeja de plata.
De nada sirvió el gol de Kanouté en el añadido, porque el daño para el club de Nervión ya era doble: se queda sin los 7,1 millones que se aseguraba si derrotaba al Braga, pero también se deja la ilusión y el proyecto de Monchi, hecho trizas en la trituradora de papeles del club.



