Benzema brilla en el debut de Özil

El Real Madrid sigue con las luces a medio encender y en su penúltima actuación de la pretemporada sufrió para imponerse al recién ascendido Hércules, dejando pocos detalles colectivos que inviten a la ilusión. Las individualidades volvieron a rescatar al equipo en el segundo tiempo, cuando dio la vuelta al marcador gracias a los goles de Benzema, que hizo doblete, y Di María. El francés brilló y se le vio más implicado que de costumbre, lo que agradeció el Madrid. Hay delantero y el trabajo de Mourinho será conseguir que Benzema sepa estar a la altura de este reto.

Debutó Özil, que no se salió de la línea gris que mostró todo el conjunto en la primera parte, de la que se salvó Canales, con sus inteligentes movimientos y pases entre líneas, y poco más. Özil se movió como mediapunta, por la derecha y el centro, y regaló algún pase interesante. El mejor se encargó de desperdiciarlo Di María, que continúa sin mostrar la regularidad que esperan en el club. Maquilló su actuación con un gol, pero hasta entonces se había dejado ver más por sus errores en los pases que complicaron la vida al equipo en defensa que por sus prestaciones ofensivas.

Es cierto que Mourinho presentó una alineación con apenas cuatro o cinco de los que serán titulares en la Liga y que sólo era un amistoso de pretemporada, pero las sensaciones no fueron buenas. Con lo que había en el campo debería haber alcanzado para superar a un recién ascendido como el Hércules, que no necesitó hacer mucho para incomodar a su rival en el primer tiempo. El orden fue suficiente para poner en dificultades a un Madrid que sufrió para generar juego. Khedira no es un constructor, está para otras cosas que quizá podamos ir descubriendo durante la temporada, como ese gran pase que permitió empatar a Benzema, y Gago tampoco es Xabi Alonso. Pero esto ya lo sabíamos.

Con tan poco juego y tan discontinuo, el Madrid no buscó más respuesta a sus problemas que las acciones individuales, pero ahí tampoco encontró la solución en el primer tiempo. Más bien todo lo contrario. El castigo a su decepcionante actuación le llegó a cinco minutos del descanso, cuando una falta sacada por Sendoa acabó en gol después de que Rodríguez amagara con rematar de cabeza y el joven portero Adán se 'comiera' el balón.

Mourinho dio la vuelta al equipo en el descanso y dio entrada a Dudek, Carvalho, Drenthe, Granero, Pedro León y Benzema por Adán, Arbeloa, Marcelo, Juanan, Canales e Higuaín. El técnico portugués dio un paso más en sus experimentos y situó de inicio en la segunda parte a Gago de central, junto a Carvalho. No tan sorprendente, pero sí llamativo, fue también el dúo que formaron Khedira y Granero en el doble pivote.

Los cambios espabilaron al Madrid, que tocó con más rapidez y sentido y por primera vez en toda la noche comenzó a dar sensación de peligro. En especial cuando el balón llegó a los pies de Pedro León, que abrió el campo por la banda y siempre dio una salida lógica e inteligente a la pelota. Enturbió su buena actuación con una absurda expulsión por dar una patada a Thomert. Agradeció también el Madrid la movilidad de Benzema, al que se vio más implicado que de costumbre, con más ganas. Se ofreció, intentó asociarse y en uno de esos movimientos entre los centrales lo encontró Khedira, que con un pase magnífico dejó al francés solo ante Unai Alba, al que batió sin problemas.

Al cuarto de hora volvió a recomponer el equipo Mourinho, cuando retiró a Khedira y Özil para dar entrada a Van der Vaart y Mateos, que situó como acompañante de Carvalho para que Gago recuperara su sitio en el centro del campo.

No tardó en hacerse notar Van der Vaart, empeñado en que nadie le quite su sitio en el plantilla. Un genial taconazo dejó a Granero solo ante Unai Alba, que con una magnífica intervención salvó un gol que no pudo evitar poco después, cuando Di María aprovechó un gran envío de Pedro León para situar por delante al Madrid. El trabajo lo completó Benzema, que firmó su segundo tanto a pase de Granero.

Quienes salieron en el segundo tiempo supieron aprovechar sus minutos, algo que no hicieron quienes salieron de inicio. Mourinho habrá tomado buena nota de ello.