El fichaje de Guti constata la pujanza del fútbol turco

El pudiente fútbol turco tiene dos caras. La del ingeniero Aziz Yildirim, presidente del Fenerbahçe, y la del empresario Yildirim Demirören, mecenas del Besiktas. El primero, apodado el Florentino turco, ha modernizado el club convirtiendo el Sükrü Saracoglü en un moderno estadio para 53.000 espectadores. De Demirören, que preside el BJK, los rivales afirman sarcásticamente: "El equipo será el del pueblo, pero el club es de Demirönen". El día de su presentación Schuster reveló que cobraría "más de doble que en el Real Madrid". Guti, bautizado como La Tormenta Rubia, se enfundó por primera vez la camiseta blanquinegra ante 20.000 aficionados y pancartas que rezaban: "Desde que Michael Jackson vino en el 93, no vino nadie con tanto talento como tú".

Yildirim y Demirönen son culpables del aumento en la inversión en futbolistas. Gica Hagi, allá por la temporada 96-97, fue el primer galáctico que eligió Turquía para concluir su brillante carrera. Después le emularon Jardel, Carew, Burrito Ortega, Kezman, Anderson... Años después se cambió el perfil de los fichajes y los futbolistas en el ocaso de su carrera dieron paso a jugadores que trataban de reivindicarse como Anelka o Güiza .

Hoy actúan allí jugadores de todo tipo de perfiles: Guti, Niang, Insúa, Quaresma... Los últimos que suenan son Adebayor y Robinho. La Süper Lig sigue incrementando el gasto, la asistencia a sus remozados estadios y los futbolistas turcos emigran a grandes ligas. Y el Inonu Stadium, nueva casa de Guti y único campo del mundo desde el que se divisan dos continentes, ha dejado de mirar a Asia para fijarse en las estrellas llegadas de Europa.

Once de gala y gasto en ascenso

La curva de la inversión de fichajes del fútbol turco sigue in crescendo. No se ha cerrado el mercado y suma 65,7 millones de euros. Todo apunta a que superará los 87,4 del año pasado ya que se negocia por Adebayor, Robinho y Mehmet Aurelio. El once de fichajes 2010-11 ofrece nombres rutilantes.