Agüero y poquito más

Quique Sánchez Flores ensayó las jugadas de estrategia el viernes en la parte final del entrenamiento. El técnico no quiere que los medios presencien la manera de defender y atacar a balón parado. Deberá repetir el técnico. No una vez, mil. Y si es por ayudar, juramos no molestar. Si es por evitar el bochorno del primer tiempo de ayer nos acercamos a Majadahonda y nos fíamos de los que nos digan técnicos y jugadores.

Porque cada balón aéreo que colgó el Mallorca era medio gol. Bien es cierto que Martí las puso muy bien, pero también que Perea, Antonio López, Raúl García e incluso Godín se quedaban viéndolas bien. Ya puede fichar defensas el Atlético que como se lo tome todo con esa concentración... ¡Qué manera de defender!

El Mallorca liquidó el partido con el 2-0, también a balón parado pasada la media hora. Pero los males rojiblancos no vinieron sólo por el aire. Por abajo, a ras de hierba, la defensa del Mallorca sacó el balón a su antojo, Nsue se movió como quiso por una banda, Martí hizo lo propio y los delanteros gozaban con los pases en largo, sabedores de que suya sería la pelota, por muy difícil que fuera el control. El capitán Nunes parecía Beckenbauer, al que homenajearon el viernes. El Atleti ni la vio. Menos todavía Salvio, el pobre entre la poblada, junta y solida defensa del Mallorca. A este paso no le van a echar, se va a ir él solito. Tampoco es que el Mallorca hiciera el partido de su vida, pero tuvo las ideas claras. El conjunto mallorquín no podrá jugar la Europa League, pero ayer parecía que el campeón era él y no el Atlético. Y que los que tienen que jugar ante el Inter son ellos y no los rojiblancos.

En el segundo tiempo Webó hurgó más en la herida: pérdida del Atlético en medio campo, cesión de Nsue y gol. 3-0 y humillación. Entró Agüero y todo cambió. Y el Atleti maquilló el resultado. Tocaron Reyes, Fran Mérida, el Kun... y el Atleti tuvo ocasiones para acercarse al Mallorca. Hizo gol Fran Mérida y marcó también Agüero. Lo bueno del conjunto madrileño es que cuenta con un jugador como Kun: con su calidad y sus ganas el partido fue otro. Y evitó la debacle rojiblanca.