Capello prejubila a Beckham

Fabio Capello es, a día de hoy, uno de los personajes más detestados de la Inglaterra futbolera. Su falta de tacto ha crispado a unos aficionados que veneran las tradiciones y los símbolos.

Primero despreció el juego directo inglés. Fútbol de ida y vuelta espectacular y exigente que dio paso a un estilo especulativo impropio de la emprendedora tradición inglesa. Ahora ha arrumbado a David Beckham. Más que la decisión en sí, ha molestado la forma en la que lo ha hecho. El miércoles, antes del amistoso ante Hungría, en el que Gerrard evitó otro descalabro inglés, Capello tuvo la ocurrencia de anunciar la salida de Becks en televisión, sin avisar al jugador: "Quiero darle las gracias por su compromiso, pero quizás sea demasiado mayor para jugar a este nivel". Beckham aún masculla la respuesta.

Lord y dandy.

David Robert Joseph Beckham cumplió su sueño de infancia, el de debutar con Inglaterra, el primero de septiembre del 96 en Chisinau, populosa capital de Moldavia. Glen Hoddle le hizo jugar 90 minutos en el triunfo (0-3) sobre los locales. Desde aquel septiembre de 1996 hasta el 15 de octubre de 2009, en el que se enfundó por última vez la zamarra inglesa, han pasado 14 años y 115 partidos. Hubo momentos de alegría y de tristeza, como la provocada por su expulsión en el Mundial 98 al agredir a Simeone, o las lágrimas derramadas tras conocer la lesión en el Talón de Aquiles que le impedía convertirse en el único inglés con cuatro Mundiales jugados. También hubo alegrías, como la desatada en 2001 con el gol de falta que anotó en el minuto 93 a Grecia en la repesca que clasificó a Inglaterra para el Mundial 2002, donde, como en el 98 y 2006, marcó. A gol por Mundial.

Beckham, siempre observado con recelo por sus extravagancias estéticas, ha sido algo más que el capitán de Inglaterra. Un lord en el campo y un dandy fuera de él. Una figura de dimensiones planetarias a la que Tom Cruise trata de reclutar para el reparto de Misión Imposible 4. Y desde el miércoles, el mito al que Capello prejubiló en directo y en prime time. Con nocturnidad y alevosía.