Balenziaga tiene diez días para convencer a Caparrós

El futuro de Mikel Balenziaga no está cerrado en el Athletic. El de Zumarraga, que está de vuelta de una cesión en el Numancia, tiene diez días para demostrar a Caparrós que puede ser una alternativa para el interior zurdo. El chico fue fichado hace tres veranos de la Real Sociedad para jugar como lateral zurdo, pero ahora Caparrós le utiliza unos metros por delante. La marcha de Fran Yeste ha abierto un hueco en ese costado, aunque Balenziaga lo tiene difícil porque en ese puesto la primera apuesta es Igor Gabilondo y luego entra Iker Muniain. Además, Íñigo Pérez también puede jugar en ese costado.

El entrenador le ha lanzado un claro mensaje a través de las alineaciones de los distintos partidos de pretemporada: para jugar como lateral zurdo tiene otras preferencias. Aurtenetxe, que esta campaña debutará en Liga con el primer equipo aunque por edad y ficha federativa puede alternar sus alineaciones con distintas participaciones en el filial, Koikili y Castillo.

Balenziaga, que tiene contrato por delante con el Athletic, apura sus opciones de ganarse un sitio en una plantilla que en estos momentos, incluyendo en el grupo a Ibai Gómez, Igor Martínez y Jon Aurtenetxe, es de 25 futbolistas de campo. La intención del guipuzcoano es continuar en el primer equipo, pero si el entrenador le comunica que las opciones de tener minutos van a ser más que reducidas tendría que buscarse una cesión.

La pega para él es que las plantillas de la mayor parte de los equipos de Primera y Segunda División están casi cerradas y llevan varios días de trabajo acumulado. Es decir, salir ahora sería un pequeño problema porque salvo que vuelva al Numancia, donde ya le conocen, partiría con el hándicap de hacerse al puesto y conseguir la confianza del nuevo entrenador.

En Génova.

Balenziaga aguardará el desarrollo de la semana para ir tomando conciencia de cuál es su rol en el equipo. Si el técnico le deja fuera de la lista de convocados para el partido del viernes en Génova tendrá bien definido que su trabajo de pretemporada se ha ceñido a pelearse con los rivales de menor entidad. Y, por tanto, que su papel en el grupo es residual porque el técnico cuenta con otros.