Amistoso | Parma 1 - Racing 1
Un Racing serio y sólido para frenar el pesimismo
Pero sigue sin brillar y sólo Munitis crea peligro entre líneas.
Hubiese sido injusto que el Racing perdiera otra vez. No lo mereció, porque sólo al inicio del choque se le vio algo nervioso y a merced del Parma. Fueron 10 minutos nada más; el resto, igualdad en el juego, ocasiones y penaltis. Se vio, por fin, a un Racing serio; así se comienza a construir un equipo.
Minuto 25. Robo de Tchité en el centro del campo a Massimo, que se duerme y provoca la contra del Racing. El africano se planta solo al borde del área, se trastabilla, le roban la cartera y el balón suelto le llega a Munitis, que de vaselina envía el balón al larguero, en lo que fue el gol fantasma del partido. Eso es el Racing y eso será lo que veremos en la Liga, sobre todo a domicilio. Orden, concentración, robo y contra. Si se marca, perfecto; si no, a esperar otro error del rival.
En los primeros diez minutos el control fue total del Parma. Combinaron como quisieron en el campo del Racing, provocando la acción más peligrosa en el minuto cinco, que Bojinov mandó a las nubes. Después, el Racing se asentó y comenzó a sentirse cómodo en su rol, aunque el Parma siempre intentó tratar mejor el balón y llegar a la portería de Toño con su versión del tiqui-taca. Pero los de Portugal dispusieron de las acciones de peligro más claras, como el saque de esquina en corto que acabó con un buen disparo de Kennedy, despejado a córner por Mirante. Tchité tuvo otro chut al borde del área, pero le salió inofensivo, al centro del marco.
Los penaltis.
En la segunda parte, poco reseñable, salvo la irrupción de Fernando Marqués, que culebreó incesantemente al borde del área racinguista. La pólvora le duró 20 minutos, aunque no dio un respiro a la zaga verdiblanca, ayer de negro. El carrusel de cambios de uno y otro equipo provocó que se narcotizara el igualado duelo, si bien los italianos mejoraban mínimamente el nivel de los cántabros.
El árbitro quiso ser protagonista al pitar un riguroso penalti por empujón de Henrique a un atacante local. Lo compensó luego señalando otra pena máxima por empujón a Cisma. Bolado firmó el 1-1 con su segundo gol en pretemporada.