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Felipe Mattioni

"Después del sufrimiento siempre llega la victoria"

Hasta firmar por el Espanyol, Felipe Mattioni (Ijuí, Brasil, 15-10-1988) vivió recluido 15 días en un hotel de Barcelona. Tras la intrahistoria de su fichaje se esconde un lateral ofensivo, ambicioso y dispuesto a triunfar en Cornellà.

"Después del sufrimiento siempre llega la victoria"

Teniendo en cuenta que usted fichó hace una semana, ¿cómo está aguantando el ritmo de pretemporada?

Bien, haciendo a toda prisa lo que los compañeros ya habían realizado antes, poniéndome a tono y entrenándome muy duro.

¿Así que cree que llegará a tiempo al Carranza?

Puede que sí. Depende de la preparación física, del míster y de cómo me sienta. No sé cómo llegaré al fin de semana, pero psicológicamente sí me siento preparado.

Dani Sánchez Llibre definió como un "calvario" sus dos semanas encerrado en un hotel de Barcelona antes de fichar. Cuéntenos, ¿cómo lo vivió?

Fue un poco complicado. Debía tener paciencia y saber que se estaban haciendo las cosas bien. Sobre todo tuve muy claro que después del sufrimiento siempre llega la victoria.

Había plantado al Mallorca y no tenía nada firmado con el Espanyol: ¿sufrió en algún momento de esos días por quedarse sin equipo?

No. Ya sabía del interés del Espanyol y esperaba que las cosas se arreglaran con el Mallorca. Así fue: todo se solucionó y estoy muy contento.

Tenía otras ofertas de Primera y del extranjero. ¿Por qué escogió el Espanyol?

Efectivamente, tenía otras ofertas, pero mi agente había charlado primero con el Espanyol y respetaba esa palabra. Se concretó y no necesitó hablar con ningún otro equipo. Además, el Espanyol tiene una buena estructura de trabajo. Los directivos y el míster me transmitieron confianza. También Ramon (Planes) ha sido uno de los principales avaladores, desde el principio habló con mi agente y vi que era una persona seria y sincera. El Espanyol es un equipo muy joven, que juega bien al fútbol. Espero hacer un gran trabajo aquí, construir una parte de mi historia futbolística en este club.

Le debe motivar la opción de triunfar en la Liga...

Estoy aquí para eso. He sido muy feliz en el Mallorca. Me dio la posibilidad de que otros equipos se fijasen en mí y ahora no penso en salir, sino en hacer una buena temporada.

Colectivamente, ¿a qué cree que aspira el Espanyol?

Espero que llegue lo más arriba posible. Tengo la ambición de ayudar al equipo, pero no sólo para hacer un buen año, sino para luchar por los puestos europeos. Lo podemos conseguir.

Con ese apetito, ¿qué actitud no perdonaría Mattioni en un campo de fútbol?

No me perdonaría cosas como la falta de ambición o no tener la pelota.

¿Quién fue su ídolo infantil?

Ronaldinho Gaúcho.

Usted es muy joven...

(Risas) No, es que salió de mi equipo, el Gremio de Porto Alegre, cuando yo tenía 12 años. Quería jugar como él. Se fue de Brasil para triunfar.

Precisamente en el Gremio a usted le llamaron el nuevo Cafú. Cuántas veces le habrán hecho esa pregunta, ¿no?

¡Muchísimas! Esa comparación es otra presión, una manera de poder trabajar más, para no bajar los brazos y tratar de ser un buen futbolista.

Ahora a usted se le compara con Dani Alves y Maicon. ¿A cuál se parece más?

Me gusta mucho Dani, es muy completo ofensivamente. Yo también he sido criado en un juego ofensivo. Mi principal característica es ayudar en el ataque. Soy lateral pero también puedo hacer de extremo.

Aquí deberá librar una dura pugna con Javi Chica, que se salió la temporada pasada...

La competencia ayuda a crecer. Espero trabajar fuerte para ayudar al grupo, que es lo más importante.

Y tendrá unas ganas tremendas de jugar, claro.

Pues sí, tengo ganas. Estoy aquí para jugar al fútbol, no sólo para correr, que es de lo que se trata ahora mismo. Voy mejorando cada día.

Se dice de los brasileños que sufren saudade, y en el Espanyol hubo algún caso en el que se certificó. ¿Le sucede también a usted?

Tengo saudade de mis amigos y de mi familia. Pero aquí estoy haciendo lo que me gusta. Este fútbol me agrada. Estoy tan contento en España como en mi país.

¿Y cómo le ha recibido el vestuario perico?

Estoy muy bien, mejor de lo que imaginaba. Al llegar, dije en el vestuario que no ganarían un compañero, sino un amigo.

No debe de haber rivalidad entre Argentina y Brasil...

No. Si la hubiera, yo estaría muerto... ¡Estoy en clara inferioridad!