Gelsenkirchen espera más turismo con Raúl

Si hubiera seguido con esta vida hubiera muerto de silicosis (enfermedad de los pulmones)". Manuel Chaves es uno de los muchos emigrantes españoles que llegaron en la década de los 60 para trabajar en las minas de la compañía Zollverein. Este gaditano, de 59 años, sigue hoy en día en Alemania y es uno de los hombres más felices del mundo. Raúl juega en el equipo de los mineros.

La cuenca del Ruhr fue la región minera más importante de Europa durante años tras la II Guerra Mundial. Por eso, el equipo del Schalke es uno de los más queridos en el país, con un millón de aficionados repartidos por toda Alemania. De Gelsenkirchen a Dortmund hay un radio de 40 kilómetros de antiguas galerías. Cada pozo daba trabajo directo a más de 5.000 personas. A Raúl, allá donde va, le reciben con el saludo minero: 'Glück Auf' (algo así como 'Suerte arriba').

Recuerdos.

"Empecé con 14 años aprendiendo, pero cuando a los tres años me dijeron que tenía que bajar a 1.020 metros de profundidad, le dije a mi padre que ni loco", narra con nostalgia Manuel.

Estos pozos extraían unas 12.000 toneladas de carbón diarios. No es de extrañar que el Schalke regalase un trozo de este mineral a su nuevo '7' en su presentación. Aunque el municipio ha tenido que readaptarse a los nuevos tiempos. Ya no hay ninguna mina de carbón en funcionamiento de las doce originarias por la zona. El censo de población de Gelsenkirchen y las ciudades de alrededor han bajado notablemente en comparación con los años 60. "Hoy en día la verdadera mina de la ciudad es el Valentis-Arena", comenta Manuel.

El club y la ciudad esperan el efecto llamada con el fichaje de Raúl. Hoy en día una de esas minas en desuso, la de Essen, se encuentra rehabilitada. Se cerró en 1986, pero alberga mucha vida alrededor. La UE invirtió 25 millones para remodelar las instalaciones, hacer un museo y convertirlo en una zona verde. El caballete es la seña de identidad de Gelsenkirchen. Y el '7' lo pondrá de nuevo de moda por Europa...