Europeo Sub-19 | Final | Francia 2 - España 1
El físico superó al tiqui-taca
Francia se proclamó campeona del Europeo Sub-19 tras derrotar a España por dos goles a uno. Los de Luis Milla dominaron por completo la primera mitad y se fueron al descanso con ventaja en el marcador gracias a un gol que logró Rodrigo tras un excelente pase de Pacheco. Tras la reanudación, todo fue diferente y 'La Rojita' acusó en exceso el empate logrado por Sunu. Francia fue dueña del segundo acto y acabó sentenciando con un gol de Lacazette a cinco minutos del final.
Francia es desde la tarde este viernes la nueva campeona de Europa Sub-19 tras imponerse a España en Caen por dos goles a uno. Cada una de las dos selecciones dominaron un acto del choque. Los chicos de Luis Milla lo hicieron en el primero y lograron marcharse a los vestuarios con ventaja en el marcador gracias al gol anotado por Rodrigo tras un fenomenal pase de Pacheco al poco del cuarto de hora del inicio. El gol logrado por Sunu a los cuatro minutos de la reanudación fue la clave del partido. Además de significar el empate, fue un mazazo del que España no logró recuperarse en lo que restaba de encuentro. Lacazette marcó a cinco minutos del final el tanto que permitió a Francia alzarse con el trofeo.
La selección española Sub-19 se enfrentó a Francia en la final del Europeo de la categoria con el único objetivo de repetir la victoria lograda en 2008, también sobre el país galo, que le convirtió en campeona del Europeo Sub-17. Nueve jugadores españoles y diez franceses repitieron cita. La empresa no era fácil, una anfitriona muy motivada, que basaba su juego en el físico y a la que apoyaban 15.000 gargantas esperaba al equipo que mejor juego practicó durante el torneo.
España tomó la iniciativa del juego desde el comienzo del partido, lo que provocó que gozara de varias ocasiones de peligro. Tan sólo la mala puntería evitó que los disparos de Montoya, Canales y Pacheco sirvieran para inaugurar el marcador y hacer justicia a tenor de lo visto hasta ese momento sobre el terreno de juego. Francia entregó todo el campo a los hombres de Luis Milla permitiendo que España fuese la total dominadora del choque. Al cuarto de hora de partido, la selección anfitriona hizo un amago de despertar que finalmente quedó en nada tras cuatro robos de balón en la zona medular.
Los galos movían la pelota horizontalmente, pero la buena colocación sobre el césped de los españoles impidieron a los de Smerecki acercarse a las inmediaciones de Álex y el portero del Barcelona fue un espectador de lujo durante toda la primera mitad del partido. Rebasado el cuarto de hora llegó el más que merecido botín para España. Un pase de libro de Pacheco que era medio gol fue aprovechado por Rodrigo para disparar cruzado ante Diallo e inaugurar el marcador. Tras el tanto, España debía obedecer a una única consigna, no relajarse e intentar poner la puntilla al partido lo antes posible con el segundo gol.
España fue dueño y señor del tramo final de la primera parte. Los de Luis Milla consiguieron no descomponerse sobre el césped viendo como los jugadores rivales corrían detrás de la pelota que ellos tocaban a su antojo. Los fallos en los pases de Francia denotaban claramente los nervios que atenazaban a los jugadores locales, que se mostraban atemorizados por el buen juego y el potencial de España. Pacheco gozó de la última ocasión de los primeros cuarenta y cinco minutos. Francia se marchó a los vestuarios sin disparar a puerta.
Tras el intermedio, un grave error en defensa de Faure y Diallo pudo significar el segundo gol de España, pero el disparo de Canales se fue rozando el palo izquierdo del portero galo. Acto seguido, llegó el jarro de agua fría para España y lo que a la postre resultó ser la clave del partido. Un contragolpe francés, que se inició con algo de fortuna, acabó con una perfecta definición de Sunu ante Álex que significó el empate del conjunto anfitrión. España acusó en exceso un gol que quizás no esperaba recibir, o al menos, recibirlo tan pronto. Desde entonces se observó una España muy imprecisa y que sólo ofreció muestras de peligro en algunos arreones que llegaban con cuentagotas.
Una buena jugada individual de Bartra, que acabó con el central disparando dentro del área, fue la mejor ocasión española en la segunda mitad. Diallo despejó con acierto. A diferencia de la primera mitad, Francia presionaba de forma asfixiante a los de Milla y dominaba el balón con total autoridad. España estaba obligada a hacerse con el dominio ante la reacción del conjunto francés tras devolver la igualada al marcador. Ni la entrada de Muniain por Keko ni la de Rochina por Rodrigo sirvieron para que España reaccionara y recuperase el dominio del balón para lanzarse en busca del empate.
La selección española perdió toda su frescura en la circulación del balón de la que había hecho gala durante todo el torneo. La segunda mitad fue todo lo contrario que la primera, España no reaccionó tras el empate y Francia dominó por completo hasta el final del choque. Una excelente parada de Álex a disparo de Tafer fue la antesala de la sentencia del partido por parte de los de Smerecki. Tan sólo cinco minutos después, ya en el 85, Lacazette lograba el segundo gol de los suyos, que se convirtió en un escalón demasiado alto para España. De este modo, Francia alzó el trofeo que le acredita como campeón del Europeo Sub-19 y relegó a España a la segunda plaza.