Amistoso
Partido de certidumbres
El Racing aguantó bien el ritmo de los alemanes en el primer tiempo. Luego Toño evitó la goleada
Un partido de pretemporada es como un melón por abrir: no sabes el grado de dulzor de lo que te vas a encontrar. El de ayer en el abarrotado estadio de Delmenhorts (¡en España también se iba a llenar!), fue todo lo contrario, sirvió para refrendar, una por una, las certidumbres que ante este equipo teníamos todos. Dentro y fuera del club. A saber:
1) Se necesita fichar uno o dos centrales. Imprescindible.
2) No hay un centrocampista que saque el balón jugado desde atrás.
3) Tchité-Munitis no es una delantera con gol en Primera.
4) Kennedy es verdad que tiene un estilo de juego similar a Jorge López. ¿Su actitud e intensidad será la misma?
5) Luis García tiene más calidad que todos los demás juntos. Con un control ya se ve. Jugar al fútbol, claro, es algo más que eso.
6) El Werder Bremen, mucho más rodado, tenía que ganar el partido.
Todas estas cosas las tenía el racinguismo claras antes de salir el equipo hacia Alemania. Ahora, tras ver magníficamente (sic) el partido a través de la web del Werder, mucho más.
Buen inicio.
A pesar de un susto en el minuto inicial, Hunt cabeceó solo en el interior del área pequeña, el Racing logró hacerse con el balón y durante gran parte de la primera mitad controló el juego y fue capaz de generar no menos de cinco ocasiones de gol, dos malogradas por Tchité, una por Munitis, otra por Kennedy y un balón al travesaño de Arana. El rival, fiel a su desinhibido estilo, también llegaba con soltura a la portería de Toño.
Schaaf no es Maradona. En todos los sentidos. El entrenador alemán sí que se supo dar cuenta que el rival tenía superioridad numérica en el centro del campo, cambió del 4-3-3 a un 4-4-2 y se hizo con el balón. Entre eso y el, lógico, bajón físico racinguista, el partido fue suyo, con el joven delantero Sandro Wagner como gran estrella. Rosenberg, el deseado por Portugal, estuvo más discreto pero también marcó un gol.