Filipe viajará cuando el Atleti reúna 6 millones

El traspaso de Filipe Luis al Atlético está totalmente cerrado. El brasileño será rojiblanco las próximas cuatro temporadas y la cantidad superará ligeramente los 12 millones de euros. Sin embargo, el lateral sigue sin viajar a Madrid para firmar y ser presentado como nuevo jugador colchonero. El único motivo de esta postura es que Lendoiro no le dará luz verde hasta que Gil Marín consiga en efectivo el primer plazo del traspaso, que rondará los seis millones de euros. El presidente deportivista necesita hacer frente a la denuncia de Sergio en la AFE (4 millones de euros) y a la del Mallorca en la LFP (480.000) para poder inscribir jugadores.

A pesar de que los días pasan, Filipe está tranquilo y no quiere hacer declaraciones hasta que todo esté cerrado. El brasileño, que ha estado cuatro temporadas en A Coruña, quiere despedirse de la afición antes de enfundarse la camiseta rojiblanca.

Mientras no llega el OK de Lendoiro, Filipe se dedica a su obsesión: entrenarse. El lunes lo hizo en las instalaciones del Deportivo en Abegondo y ayer repitió. El de Florianápolis acudió por la mañana como otro día cualquiera de la pretemporada y compartió ejercicios junto a Rubén Castro, que llegó ayer a A Coruña para incorporarse a la disciplina del club tras su cesión la pasada temporada al Rayo Vallecano.

En contra de lo que piensa mucha gente, el físico es una de las mayores virtudes de Filipe. Hasta el momento de su desgraciada lesión, el lateral había disputado 82 partidos consecutivos de Liga, una cifra que nadie en Primera igualaba. De igual modo, su recuperación fue prácticamente un milagro. La previsión más optimista tras su fractura del peroné que sufrió el 24 de agosto fue de cuatro meses, mientras que la más lógica hablaba de seis. El 8 de mayo, tres meses y medio después, jugaba unos minutos ante el Mallorca en la penúltima jornada de Liga, para despedir una semana más tarde la temporada como titular ante el Athletic (el equipo ante el que se lesionó).

Otra de sus virtudes menos conocidas es su capacidad defensiva. Lotina, en su primer año en el Depor, estuvo a un paso de descartarlo por su flojedad en los marcajes. El técnico dedicó horas y horas, entrenamientos y entrenamientos, a mejorar este aspecto concreto de forma personal con Filipe. Cual juvenil, asimiló el trabajo para terminar por convertirse en el jugador que es hoy en día.

Filipe es el típico carrilero de la escuela brasileña (ofensivo, con gol y una zurda exquisita) que aprendió a defender para convertirse en un lateral tácticamente casi perfecto.