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Mundial 2010 - Cuartos | Argentina 0 - Alemania 4

¡Grossen Chorreen!

La gran Alemania apaliza a una Argentina sin respuesta.

Tomás Guasch
<b>DESESPERACIÓN. </b>Los jugadores alemanes celebran el gol de Friedrich, el tercero,  ante la desesperación de Heinze y de Demichelis.
DESESPERACIÓN. Los jugadores alemanes celebran el gol de Friedrich, el tercero, ante la desesperación de Heinze y de Demichelis.reuters, ap y afp

Eins. Zwei. Drei. Vier. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Otra vez cuatro goles alemanes, como a Inglaterra. 8-1 es su balance de octavos y cuartos y no frente al Escalerillas. Aunque a ratos sí lo parecieron ingleses y argentinos ante este rodillo artístico que ha inventado Löw. Cuatro. Jugando al fútbol. Al pie o al espacio. Ni un pelotazo. Con un funcionamiento que no tiene Inglaterra ni desde luego Argentina. Alemania da miedo...

Decíamos ayer que este partido era la definitiva prueba del algodón para la Mannschaft. Una camiseta gloriosa delante. Messi. Una Argentina que dejaba dudas, pero llegaba crecida. Un partido de verdad. Tres minutos necesitó Müller para marcar distancias y dejar claro quién iba a mandar. ¿Gol sicológico? Clarificador. Primera pelota parada, primer retrato de la zaga albiceleste: el monumental Schweinsteiger la puso al corazón del área argentina y Müller se adelantó a todos para cabecear un tanto fundamental. Nunca el equipo de Maradona se había visto en desventaja, ¿qué haría entonces sin centrocampistas, sin un verdadero plan de equipo? Pues con ese pecado llegó y con ese se fue a casa, molido a goles: hizo poco, sólo corrió.

Müller abrió el melón, el jugador al que Maradona desairó esta primavera cuando su equipo se impuso en un amistoso por 0-1, coincidieron en la conferencia de prensa y Diego exclamó: "Yo no me siento con un recogepelotas". No conocía a Müller. Ya no le olvidará jamás.

Argentina sintió el golpe y Alemania olió la sangre. Tuvo el 2-0, pero no acertó con el tiro final. En el descanso pensamos si viviríamos la repetición del Brasil-Holanda: los brasileros no machacaron durante la primera parte con todo a favor y lo acabaron pagando.

Pero no.

Argentina braceaba. Mascherano no bastaba, tan solo, en la contención; Tévez y Di María dudaban entre abrir el campo y juntarse con su compañero para frenar la que se le venía encima. Alemania tocaba y esperaba. Messi llegó a iniciar el juego en posición de lateral derecho... Sí, este es un juego de centrocampistas y Argentina no los tiene. Y si los tiene se quedaron en el banquillo. Verón, Bolatti... Lo que hay, pero no apareció.

Maradona presentó todas sus carencias como técnico. Nunca tuvo peso en el partido, no tomó una sola decisión. Ni siquiera cambiar jugadores: se le ocurrió ya con 2-0 en contra: Otamendi por Pastore. Tarde, faltaba sólo el baile final. Un jugadón de Schweinsteiger que recordó el gol del Buitre al Cádiz, para que remachara un defensa. El tanto 14 de Klose en un Mundial, sólo le adelanta Ronaldo con 15. Faltaba eso, el Grossen Chorreen y la vuelta triunfal alemana al final del partido. Ganó el que es un equipo, acostumbra a suceder.

El detalle. Messi, de vacío y llorando

Lionel Messi se retiró muy consternado del partido y en el vestuario, como confirmó Maradona, no dejó de llorar. Messi, Balón de Oro 2009, se marcha sin anotar ni un solo gol en el que iba a ser su Mundial.