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Mundial 2010 - Cuartos | Paraguay - España

Más de 50 años de historia paraguaya en nuestro país

Muchos futbolistas de Paraguay han llegado a la Liga española desde la década de los cincuenta del pasado siglo. La mayoría han tenido un gran rendimiento si exceptuamos el fugaz paso de Romerito por el Barcelona.

Bernardo Salazar
<b>RE. </b>Fue uno de los paraguayos que llegaron en el 58. En la foto, marca un gol al Madrid con el Español.

Muchas filias y fobias proceden de nuestra niñez. Entre todos los participantes del Mundial de Brasil en el año 1950, sólo uno llevaba camiseta a rayas y además rojiblancas. Desde entonces pasó a ser mi segundo equipo entre las selecciones de todo el mundo. En aquellos años no había las informaciones actuales pero me llenó de satisfacción leer en 1953 que los paraguayos ganaban (3-2) al Brasil de Djalma y Nilton Santos, Bauer, Pinga, Didí y Julinho la final de la Copa América. Pocos días después el Atleti se traía a tres de los campeones, el guardameta Riquelme, el delantero Atilio López y el defensa Heriberto Herrera. Sólo este último llegaría a triunfar en el club del Metropolitano.

En el verano del 58, el Sevilla se hizo con los servicios del gran Achúcarro, Agüero y Aguilera. El Oviedo fichó a la pareja atacante que formaban Jorge Romero y Amarilla. El pequeño Cayetano Re aterrizó en Elche, lo que le serviría de trampolín para pasar sucesivamente al Español y Barcelona. Raúl Aveiro se asentó en Mestalla. Y Parodi demostró sus dotes de rematador de cabeza en la Unión Deportiva Las Palmas. Es decir, que ocho jugadores de la selección paraguaya de 1958 alegraron el fútbol de nuestro país. Por lo general dieron un buen rendimiento y el fútbol español comenzó a explotar la mina futbolística guaraní con gran intensidad. Así llegaron entre otros Sanabria, Laguardia, Cabral, Casco, Lezcano, Silvio Parodi y Ángel Romero, el Puskas del Elche.

Pero el 11 de septiembre de 1962 se prohibió la presencia de jugadores extranjeros a partir de la temporada 1964-65. Casi pasó desapercibido un párrafo que abría una pequeña rendija: se podrían inscribir jugadores procedentes del exterior que puedan ser utilizados por la Selección Nacional.

Hecha la ley, hecha la trampa. Comenzaron a llegar jugadores, hijos de españoles y que no habían sido internacionales en su país de origen. Hasta que saltó el escándalo. En 1969 el Barça quiso fichar al paraguayo Irala. Este, para demostrar su categoría declaró que había sido internacional paraguayo en múltiples ocasiones. Su traspaso, por tanto, se vino abajo, pero el jugador se mostró sorprendido ya que sus compañeros en la selección guaraní Sebastián Fleitas, Ricardo González, Juan Carlos Rojas Juan Francisco Riveros, Amado Cáceres, Adolfo Martínez, Aníbal Pérez jugaban en la Liga española. Y se destapó lo que fue conocido como El timo de los paraguayos.

El 26 de mayo de 1973 se firmó la autorización para que cada club de 1ª y 2ª división pudiese inscribir a dos extranjeros. Entre los que llegaron hubo cuatro paraguayos, Cino y Ortiz Aquino (Español), Verza (Murcia) y el gran Nino Arrúa (Zaragoza).

Alrededor de este magnífico jugador el real Zaragoza formó un equipo que fue conocido como los zaraguayos. No todos eran paraguayos pero sí sudamericanos. Con Arrúa como líder, formaron en el club maño Diarte, Soto, Blanco, Insfrán, Cambón, Gómez Vila, Ocampos y Ovejero que dieron grandes días de fútbol en La Romareda.

En marzo de 1989, el Barça fichó Julio César Romero, conocido como Romerito. Fue un capricho de Johan Cruyff y cobró 40 millones por los siete partidos que jugó. Debutó como arma secreta contra el Madrid. Hubo empate a uno, Romerito fue sustituido por Julio Alberto en la segunda parte y el guaraní fracasó. Otro lazo de unión con el fútbol paraguayo fue la incorporación de Ladislao Kubala como seleccionador paraguayo. Entre mayo y septiembre de 1995 dirigió a los guaraníes en 12 partidos con un balance de 6 victorias, 4 empates y 2 derrotas.