Mundial 2010 - Cuartos | Paraguay - España
La gran ocasión
España repite equipo ante una Paraguay que anuncia batalla.
Donde hoy está Paraguay debería estar Italia y donde imaginábamos a Brasil estará otro. España no puede ser ajena a lo que sucede en el horizonte. Aunque practique públicamente la modestia, de puertas adentro debería proclamar su buena fortuna. Este Mundial se presenta como una oportunidad única, casi como una señal del destino. Y esa certeza no significa despreciar a los rivales, empezando por Paraguay. Al contrario. El desastre brasileño es una advertencia: el fútbol concede una bala a los equipos inferiores. Ya lo vimos con Suiza. Bang.
Lo que nos espera esta tarde es Chile en guaraní. Más fuertes, menos técnicos. Iguales en lo demás. La similitud con su primos chilenos no debería extrañarnos si pensamos que el argentino Martino, seleccionador paraguayo, fue discípulo de Bielsa y ambos comparten ideología y cemento: el campo de Newell's, llamado desde 2009 estadio Marcelo Bielsa, ha bautizado a su graderío principal con el nombre de Gerardo Martino (505 partidos como leproso).
Aguantar.
Asumido que presionarán, pegarán y enredarán, el primer reto es mantenerse en pie. Y como su primer plan es que no nos giremos, jugar de frente. Y rápido. Quien retenga la pelota lo sufrirá en sus tobillos. En este sentido, el papel del árbitro guatemalteco, señor Batres, será fundamental para contener los ardores paraguayos. Nos beneficia un colegiado pacifista.
Tampoco será secundario el papel de Xavi, jamás lo es. Su ayuda en la distribución fue clave contra Portugal y volverá a serlo hoy. También se espera a Iniesta, el otro desactivador de explosivos, algo gris en octavos. A partir del talento de ambos se construye la España Houdini, la que abre todos los candados.
Nuestro equipo, queda confirmado, será el mismo que venció a Portugal. Del Bosque insiste en Fernando Torres (pretemporada mundialista) y no parece mala idea limar a los centrales paraguayos para lanzarles después a Llorente. Lo de Villa es caso aparte. Ha marcado en los tres últimos partidos y sus cuatro goles podrían ser media docena. Más que inspirado, parece poseído.
En Paraguay no juega Larissa Riquelme, lo que evitará distracciones. Sí lo hará Víctor Cáceres, El Topo, que vuelve tras sanción y jugará por Ortigoza. La línea de arriba determinará las ambiciones del equipo: dos o tres delanteros. Entre ellos andará Lucas Barrios (22 goles en el Dortmund), un argentino que fue nacionalizado el 25 de marzo y convocado el 4 de mayo. Hasta la prensa local se lo tomó con cierta ironía: "Ya es paraguasho".
El resto es conocido. Santa Cruz como referencia mediática (fue nombrado el jugador más guapo de Alemania 06), la pasión como argumento y el guaraní como idioma para evitar que los españoles entiendan. Así lo hacen también muchos de los 20.000 paraguayos que viven en España cuando quieren mantener la privacidad de sus conversaciones. Y lo logran.
Italia.
La aspereza del rival se explica con palabras y se comprueba con números. Paraguay es el equipo menos goleado (-1) y menos goleador (3). La estadística da la razón a quienes consideran a esta selección como la Italia de Sudamérica. Así deberíamos tomarlo: Italia en cuartos, como casi siempre. Esta vez lo que cambia es España. Hemos pasado del victimismo a la confianza y de las nubes al cielo abierto. Sólo un deseo: que no nos encuentren las balas perdidas.