El Sevilla frena en seco el ímpetu de Sergio Sánchez

Sergio Sánchez no esconde la necesidad que tiene de volver a jugar al fútbol. Cuando tuvo que paralizar su carrera por un grave problema cardíaco, el mundo se desplomó sobre él. Hundido, se refugió en Barcelona. Meses después, el doctor Sievers le abrió la puerta de la esperanza ofreciéndole la posibilidad de buscar la solución con una dificultosa operación en Hamburgo. "La intervención ha sido un éxito", le comentaron al despertar. Sergio y sus familiares rompieron a llorar.

Las noticias positivas se sucedieron, hasta el punto que el futbolista deslizó la intención de tomar parte en la pretemporada. Los incontrolables deseos de sentirse recuperado le invitaron en Alemania a probarse. Sergio, sin el permiso de los médicos, salió a correr para comprobar las sensaciones. Nada más conocer el incidente, los doctores le advirtieron del peligro que corría si no cumplía los plazos marcados. El asunto sorprendió a Juan Ribas, jefe de los servicios médicos del club, y alertó a Monchi y Del Nido, muy sensibilizados con el caso. El presidente mantuvo una conversación con él para soltarle una importante reprimenda por lo sucedido. "Debemos frenar esas tremendas ganas que tiene por devolver toda la confianza y la ayuda recibida", señaló Ribas. En la presentación de Guarente, Monchi torció el gesto cuando le preguntaron por la recuperación del central. La respuesta cargada de cautela indicaba que algo había pasado: "Irá a la pretemporada si quiere para estar con los compañeros, pero no hará ninguna actividad física. Hay que ir con mucha cautela". El Sevilla controla ahora su ímpetu.