MUNDIAL 2010 | GRUPO G | PORTUGAL 0 - BRASIL 0
Portugal y Brasil no dan miedo
Se pelaron en la primera parte y se hermanaron en la segunda, hasta jugar andando los últimos minutos en los que en un descuido, Lúcio cometió un penalti no señalado por el árbitro. Brasil se clasifica como primera del grupo G, con 7 puntos, y Portugal como segunda, con 5. Una de las dos será el rival de España si ésta consigue pasar a octavos. Cristiano jugó sólo en punta; Pepe aguantó 64' minutos y Tiago suplió con creces a Deco. Los de Queiroz dejaron para otro día la revancha del 6-2 que recibieron hace un año y medio en Brasilia.
Lo que prometía ser un inolvidable partido entre dos potencias mundiales, se quedó en una lucha encarnizada en la primera parte, y una 'pachanga de amiguetes' en la segunda, sancionada con pitos por la grada. Y eso que en el campo había futbolistas como Cristiano Ronaldo, Danny, Tiago, Maicon, Dani Alves, Nilmar o Luis Fabiano. Decepcionaron ambas selecciones y se resintió su imagen. Tenían una gran oportunidad para dar un golpe en la mesa y asustar a Argentina, o a Holanda o a España, con la que se pueden cruzar en cuartos si 'La Roja' consigue recuperar su mejor juego y vencer a Chile. Pero no aprovecharon su estancia en el Moses Mabhida y tan sólo ofrecieron detalles de lo que pueden llegar a ser. Los de Dani Alves, jugando por delante de Maicon, en la posición de Elano. O en Portugal, los de Duda en su función de asistente de Cristiano. Tampoco inquietaron al mundo los distantes 'Tomahawk' del madridista, lastrado por su obsesión de ser el mejor jugador del Mundial .
La primera parte resultó ser un interesante enfrentamiento táctico y físico entre Brasil y Portugal dos selecciones análogas, idénticas: ambas, con una defensa de cuatro, un trivote por delante, dos extremos y un delantero. La paridad en el esquema dio lugar a infinidad de duelos personales: Luis Fabiano contra Carvalho; Nilmar contra Ricardo Costa; Baptista contra Pepe; Melo contra el propio Pepe; Alves contra Coentrao; Duda contra Maicon; o Cristiano contra Lúcio. Todos ellos cargados de intensidad y dureza. Demasiada dureza. De hecho, al descanso tenían tarjeta Juan, por cortar con la mano una contra en la que Cristiano se quedaba solo; Duda por protestar esa jugada; Tiago por tirarse en el área ante Gilberto Silva; Coentrao por llegar tarde ante Alves; Luis Fabiano por atizar a Pepe; y el propio Pepe por pisar a Melo; que luego se la devolvió al del Madrid y también vio la amarilla. El mexicano Archundia podía haber resuelto el conflicto echando del campo tanto a Pepe como a Melo, los dos más feroces. Pero fue Carlos Dunga quien en una sabia decisión paró el combate quitando al cada año más agresivo Melo para dar entrada a Josué.
En lo que se refiere al juego, en la primera mitad Brasil estuvo más cerca del gol. Con Nilmar como mejor jugador. El del Villarreal remató al larguero, tras previo toque de Eduardo, un buen de Dani Alves que cruzó el área de Portugal. Un minuto después, Tiago reclamó un empujón de Juan, cuando se disponía a concluir la única jugada hilada de los de Queiroz. Luis Fabiano desaprovechó la otra ocasión clara de los de Dunga picando en exceso un cabezazo en el segundo palo, que se marchó alto.
Cristiano, él solo
Cristiano Ronaldo, hoy en posición de delantero centro, se obcecó en empezar, continuar y terminar como fuera cada jugada. Sin contar con nadie. Excesivamente individualista, el del Madrid se enfrascó en una batalla perdida contra el interista Lúcio en la primera mitad, y se olvidó de sus compañeros. Prueba de su juego autónomo fue un lanzamiento de falta desde unos 40 metros bien largos. Cualquier otro jugador, o en cualquier otra selección, ése balón habría sido colgado al área. Cristiano la reventó dirección a la grada. En la segunda parte mejoró el '7' de la lusa porque cayó más a banda y tuvo más espacios para ganar en carrera a Lúcio, y a Juan y a quien se midiera con él. Ahí es donde hace daño. En el 51', tiró desde Lisboa su segundo 'Tomahawk', que taconeó Pepe desviando el balón. En el 68', envió fuera su tercer y último intento. Brasil ni puso barrera en las tres faltas de Cristiano, por su evidente lejanía. En una de esas cabalgas en solitario de Cristiano, Meireles, el único con fe, casi marca tras despejar Bastos al centro del área. Enorme Julio César despejando la mejor ocasión de nuestros vecinos.
Otro nombre propio del día era el de Pepe, que volvía al once tras su rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Entró en la pelea en el centro del campo, pero apenas dirigió. Su aportación fue física y clave en los primeros 45 minutos. Cuando bajó la intensidad del partido y se calmaron los enfrentados ánimos, Pedro Mendes, más técnico, le dio el relevo en el 64'. Por cierto, excelente trabajo de Tiago jugando por el lesionado Deco. El pretendido por el Atleti es una gran alternativa para jugar los octavos, su caché se está revalorizando en este Mundial.
Le costó a Brasil enchufarse en el partido tras la reanudación, ya sin Melo en el campo, y decayó el ritmo del partido con el paso del tiempo. Dani Alves dio salida por la derecha a los de Dunga, y aunque Nilmar cumplió, se echó de menos la movilidad y creatividad de Robinho. También añoró Brasil a su guía: Kaká, sancionado. Baptista, con mucha más potencia y pegada que el madridista, apenas apareció y cuando lo hizo mostró su talón de Aquiles: el control.
De las vuvucelas, en los últimos minutos, pasamos a los pitidos pitidos. Algo extraño en un Mundial , insólito en este en el que no se oye a la afición. Y pitaron porque Brasil y Portugal se dieron la mano tras pegarse durante una hora. Ambas estaban clasificadas y Portugal se conformaba con ser segunda. Aunque en un fallo de Brasil en defensa, Danny percutió y en un rechace Lúcio pudo cometer penalti al impactar con la mano la pelota. Archundia no se complicó y firmó el empaté entre Portugal , que pasan a octavos sin saber aún su rival. Una de las dos se las verá con España si ésta consigue vencer a Chile esta noche y por tanto pasar el corte. Si nos basamos en lo visto hoy, ni Brasil ni Portugal por juego dan miedo, aunque en un cruce de octavos y con unos condicionantes diferentes a los de hoy, la historia será diferente. Esperemos poder vivirla y contarla. Confiamos en 'La Roja ', en nuestra 'Roja'.