Mundial Sudáfrica 2010
Paraguay se conforma con el empate para pasar a octavos
Nueva Zelanda regresa a casa, consumida por el miedo a atacar al equipo del "Tata" Martino. Los All Whites le regalaron el juego a un Paraguay que sin ningún esfuerzo queda como primero del Grupo F.
Paraguay nunca se sale del guión escrito por su técnico Gerardo Martino, pero el partido contra Nueva Zelanda fue la excepción. La Albirroja salió conformista, esperando el empate que lo llevaba a octavos de final, sin un esfuerzo mayor que el de esperar la estrategia de los neozelandeses que, consumidos por el miedo, regresan a casa sin mayor brillo en la segunda Copa del Mundo de su historia. Nunca perdieron pero tampoco ganaron.
Con un mediocre 0-0, los paraguayos llegaron a la portería del altísimo Mark Paston, de 1.94 de estatura, sin mayor peligro que los cinco tiros del defensa Denis Caniza, el que más avanzó e intentó meter más presión a su equipo, pero no logró revivir a un Paraguay abatido por el conformismo.
La Albiroja de las dos primeras jornadas, que trató de tú a tú a Italia y a Eslovaquia, no se vio. Esta vez sus atacantes punzantes que caracterizan el juego dibujado por el "Tata" Martino se quedaron en el medio campo, confiados en el empate. Algunos como Víctor Cáceres, que no jugará el próximo partido por una falta a Rory Fallon en el minuto nueve, intentaron darle mayor dinamismo al juego gris de los paraguayos que eran seguidos por los nervios de los All Whites, incapaces de imponerse a los sudamericanos.
Los All Whites desaprovechan su única oportunidad
Consciente de su inferioridad técnica, Nueva Zelanda esperaba una oportunidad. Sabía que se jugaba el Mundial y que podría regresar al otro extremo del mundo en cuestión de horas. Sólo necesitaba un gol. Sin embargo, le regaló el juego a un Paraguay que sin ningún esfuerzo ya era primera de grupo. Ni siquiera su estrategia secreta, las jugadas a balón parado, le funcionaron. Los neozelandeses se lograron consumir por la presión y el miedo. Tenían que defender y ser fuertes para marcar, en cambio, fueron débiles y condescendientes.
En el minuto 24, Eslovaquia ya estaba clasificado en el Grupo F, lo que ponía mayor tensión para los neozelandeses. Pero tampoco después del segundo tiempo lograron animarse. Nueva Zelanda nunca fue protagonista y Paraguay no fue fiel a su estilo.
Oscar René Cardozo, del Benfica, probó fortuna en el minuto 38, tuvo una oportunidad pero la tiró muy lejos de la portería. Todos los intentos de Paraguay fueron lejos del área. Roque Santa Cruz también quiso presionar, fiel al guión de Martino, apoyándose en Víctor Cáceres en el medio campo. De hecho, en el minuto 62, éste último hizo un intento en vano por marcar con un tiro de cabeza en la portería.
Sin ambición
Para los neozelandeses se trataba de una final. El partido más largo que han jugado en Sudáfrica y en el que tenían la oportunidad de llegar a octavos por primera vez. Pero prefirieron no traicionar su pasado y dejan su segundo Mundial sin llegar más allá. Sólo Simon Elliot y Leo Bertos se negaban a regresar a casa. Dieron lo más que pudieron pero no lograron tirar de su equipo, consumido por el pánico.
En la segunda parte Rory Fallon salió para dejar entrar a Chris Wood, de 19 años, con el que el técnico de Nueva Zelanda, Rick Herbert, quería fortalecer la delantera. Las palabras de Chris Killen, que prometía que Nueva Zelanda no sería la peor selección del mundial tampoco llegaron más allá. Salió en el minuto 78 con la esperanza de su entrenador de que hubiera un giro de tuerca en ese momento.
Pero fue al revés. Diez minutos antes de que terminara el partido, los paraguayos quisieron atacar pero Marc Pastón se defendió bien, evitando un gol de Edgar Benítez, en la jugada más peligrosa que hizo Paraguay en el partido y después otro de Roque Santa Cruz.
Nueva Zelanda se va de Sudáfrica por miedo. Por no atreverse a ganar. Regresa sin haber perdido un solo partido, con la cara en alto, mientras que Paraguay sigue en el camino a pesar de su conformismo y poca pasión a la hora de jugar.