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Cientos de uruguayos toman las calles para celebrar el triunfo de la celeste
Hacía 20 años que la celeste no pasaba de la fase de grupos en un una Copa del Mundo .
Cientos de uruguayos salieron hoy a las calles de Montevideo para celebrar el triunfo de su selección frente a México por 1-0 y su paso a octavos de final del Mundial como líderes del Grupo A.
Hacía 20 años que la celeste no pasaba de la fase de grupos en un una Copa del Mundo y por eso los uruguayos no escatimaron en festejos cuando, al terminar el partido contra México, su selección se proclamó líder invicto de su grupo.
Terminado el encuentro, la céntrica avenida 18 de julio de Montevideo se vio colmada por el entusiasmo de cientos de uruguayos que, a lo largo y ancho de la calle, celebraron el triunfo de su selección con gritos, bocinas, banderas y canciones.
"Soy celeste, celeste soy yo", fue el himno más coreado en la capital uruguaya incluso desde antes de que comenzara el partido contra los aztecas.
La ya de por sí tranquila ciudad, en la que vive millón y medio de personas, pareció quedarse desierta cuando la pelota comenzó a rodar en Rustemburg, con todo el mundo prendido a los televisores en bares, oficinas y hogares.
"Yo como hice el turno de la noche pude venir acá", contó a Efe Gabriel Macci, un guardia de seguridad que eligió un bar del centro de Montevideo para ver el partido.
Otros no tuvieron tanta suerte y en lugar de disfrutar del encuentro mundialista con amigos y cerveza, se vieron forzados a hacerlo detrás de un mostrador, a través de los auriculares de una radio portátil o en pequeñas ojeadas a la pantalla entre pedido y pedido.
"¿Qué le vamos a hacer?. Alguien tiene que trabajar", afirmó resignada la cajera de un supermercado, que durante la primera parte del partido sólo vio pasar por el establecimiento a "dos o tres señoras".
Los empleados de un negocio de telefonía de la capital vieron el gol del uruguayo Luis Suárez desde un ordenador, mientras que justo enfrente los trabajadores, quiosqueros y caminantes de la zona se tuvieron que agolpar para verlo en un escaparate lleno de pantallas de plasma que ofertaba una tienda de electrodomésticos.
Cuando el árbitro pitó el final del partido, la euforia invadió Montevideo y los más entusiastas salieron a teñir las calles de la ciudad con los colores celeste y blanco.
Grupos de hinchas con banderas, pelucas, trompetas y pompones con los colores de la selección pararon el tráfico en más de un punto de la capital uruguaya, y aunque algunos autobuses tuvieron que modificar sus rutas y más de un conductor debió de llegar con retraso a donde se dirigía, nadie parecía molestarse.
Los petardos, bocinazos y gritos de "Vamos Uruguay" continuaron a lo largo de la tarde y mientras el paso de las horas obligaba a los ciudadanos a volver a la actividad cotidiana, en Montevideo parecía difícil deshacerse de la euforia celeste.