Vera brilla, Paraguay crece

Paraguay ganó a Eslovaquia porque fue mejor, sin más. No le hizo falta desplegar un juego excelso, simplemente con su espíritu competitivo y la calidad en momentos puntuales de sus futbolistas bastó para deshacerse de la novata selección dirigida por Weiss, que acusó inconscientemente la decepción del empate en el primer partido ante Nueva Zelanda, en el tiempo de descuento, fue insulsa y estéril ayer en el estadio Free State de Bloemfontein y cuenta con remotas posibilidades de pasar a octavos.

Premisas cumplidas.

El seleccionador de Paraguay, Martino, advirtió, en la previa del encuentro, que no sólo quería que su equipo tuviera más posesión del balón, en comparación con el enfrentamiento ante Italia, sino que, además, dejó entrever que iba a alinear a tres delanteros como principal vía para generar más ocasiones de gol. Ambas circunstancias se cumplieron. El tridente en ataque formado por Valdez, Santa Cruz y Barrios fue un quebradero de cabeza para la defensa eslovaca y el otro, el del centro del campo, con Víctor Cáceres, Vera y Riveros, manejó la pelota a su antojo: en la contención, creación e, incluso, en la llegada a la portería de Mucha, el más inspirado ayer de los eslovacos, pese a que le marcaran dos goles. Precisamente, los dos tantos de Paraguay llegaron gracias a los centrocampistas Vera, en la primera mitad, en un remate sutil con el exterior de su bota derecha, tras un gran pase interior de Barrios, y Riveros, en un disparo con la zurda, a media altura, cuando el encuentro iba hacia su epílogo.

Paraguay no dio la sensación de sufrir, ni siquiera cuando en el inicio de la segunda mitad replegó sus líneas, más porque se dejó llevar que por una ofensiva intimidatoria de Eslovaquia, que parecía que no lograría marcar aún jugando dos días más.